ARQUEOLOGÍA Y SOCIEDAD Nº 36, 2022: 9-66 ISSN: 0254-8062 https://doi.org/10.15381/arqueolsoc.2022n36.e22415 ARTÍCULO ORIGINAL Universidad Nacional Mayor de San Marcos La ocupación del periodo Inicial Tardío (1100/1000 – 800 a.C.) y el Horizonte Temprano (800-500/400 a.C.) en Huanchaco, costa norte del Perú The occupation of the Late Initial Period (1100/1000 – 800 BC) and the Early Horizon (800-500/400 BC) in Huanchaco, north coast of Peru Gabriel Prieto https://orcid.org/0000-0001-6229-986X Universidad de Florida ogabriel.prietob@ufl.edu Isabelle Druc https://orcid.org/0000-0003-0641-2455 Universidad de Wisconsin Leonardo Arrelucea https://orcid.org/0000-0002-4636-987X Programa Arqueológico Huanchaco Helen Chavarria https://orcid.org/0000-0002-5803-1139 Programa Arqueológico Huanchaco Julio Asencio https://orcid.org/0000-0001-6780-3375 Programa Arqueológico Huanchaco Luis Flores de la Oliva https://orcid.org/ 0000-0002-5822-319X Programa Arqueológico Huanchaco Recibido: 28/02/2022 - AceptAdo: 9/06/2022 - publicAdo: 18/07/2022 © Los autores. Este artículo es publicado por Arqueología y Sociedad del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Este es un artículo de acceso abierto, distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0) [https://creativecommons. org/licenses/by/4.0/deed.es] que permite el uso, distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que la obra original sea debidamente citada de su fuente original. 9 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Feren Castillo https://orcid.org/0000-0001-5242-5885 Universidad Nacional de Trujillo Fuyuki Tokanai https://orcid.org/0000-0001-7725-2618 Yamagata University Claver Aldama Reyna https://orcid.org/0000-0002-3755-3720 Universidad Nacional de Trujillo RESUMEN En este artículo se presentan los primeros resultados de las investigaciones realizadas en el Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco, donde se ha registrado una ocupación del periodo Inicial Tardío y el Horizonte Temprano. En este artículo presenta- mos los datos de los contextos arqueológicos excavados, así como un análisis preliminar de la cerámica asociada, estudio de los restos malacológicos y algunos datos del análisis petrográfico. Al mismo tiempo, un análisis de la estratigrafía del sitio y 11 fechados AMS, ayudan a separar estas ocupaciones en tres subfases: José Olaya 1 (1000-800 a.C.), José Olaya 2 (800-600 a.C.) y José Olaya 3 (600-400 a.C.). Palabras clave: Periodo Inicial Tardío; Horizonte Temprano; costa norte del Perú, Huancha- co. ABSTRACT This paper introduces the first results of the archaeological research carried out at the Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco. The excavations yielded occupa- tions associated with the Late Initial Period and the Early Horizon. The paper describes the occupations, burials, shellfish, and ceramic identified. The latter is also studied throu- gh petrographic analysis done on selected samples. Finally, a stratigraphic study plus the aid of 11 AMS dates, allowed to build a local chronology divided into three subphases: José Olaya 1 (1000-800 B.C.), José Olaya 2 (800-600 B.C.) and José Olaya 3 (600-400 B.C.). Keywords: Late Initial Period; Early Horizon; peruvian northern coast; Huanchaco. INTRODUCCIÓN La arqueología del periodo Inicial Tardío y el Horizonte Temprano es una de las más discutidas en los Andes centrales debido a las notables transformaciones so- ciales, políticas, ideológicas y económicas que se dieron durante ese lapso (Burger, 1988, 1992, 1998, 2019; Lumbreras, 2007; Quilter y Conklin, 2008; Rick, 2008). Con 10 relación a los periodos precedentes, se observa una marcada emergencia de dis- tinción social observada en las identidades adoptadas en los contextos funerarios Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... de líderes religiosos con una posible autoridad política y territorial, la emergencia de zonas residenciales urbanas con una mejor planificación y en un muy marcado proceso religioso que irradió desde el sitio de Chavín de Huántar hacia gran parte del territorio andino (Burger, 1992). Esto último no solo se ha manifestado por la importancia intrínseca de Chavín, sino por la materialización (para seguir las ideas de DeMarrais et al., 1996) de una ideología religiosa que se expande por pri- mera vez mas allá de las fronteras de su área nuclear. Se ha argumentado que las transformaciones sociales experimentadas a partir del periodo Inicial Tardío y Horizonte Temprano se manifestaron, entre otras, en el cese de la construcción y renovación de edificios monumentales, lo cual ha- bía sido una práctica desarrollada en varios puntos de esta región desde el perio- do Precerámico Tardío (3500-2000/1800 a.C.) y, quizá, un poco antes (Alva, 2013; Mauricio et al., 2021; Shibata, 2004; Stanish, 2003). Es decir, por espacio de casi 2500 años, hubo en ciertas regiones de los Andes centrales, variadas tradiciones arquitectónicas monumentales que dominaron el paisaje cultural y, subsecuen- temente, ideológico y político entre la creciente población. Aunque considera- mos que debería haber un estudio más detallado del proceso gradual de cese en la construcción de edificios monumentales o la renovación arquitectónica de los mismos hacia el 1100/1000 a.C., la pregunta que debería centrar nuestra atención es ¿por qué ocurrió este “desinterés” en levantar estructuras monumentales, so- bre todo si era una tradición que había perdurado por poco más de 2500 años? Si bien es cierto, esta es una pregunta compleja que se ha venido abordando desde diferentes perspectivas, casi todo el interés ha radicado (como indica la lógica) en buscar las respuestas en los mismos edificios monumentales (Donnan, 1985; Burger y Rosenwig, 2012). Recientemente se han venido publicando una serie de trabajos que se centran en los aspectos domésticos de las sociedades prehispá- nicas en los Andes centrales (Bawden, 1982; Billman et al., 2019; Billman et al., 2020; Cutright, 2010; Prieto, 2018a, 2020; Vaughn, 2009). Para el caso específico de la costa norte existe un volumen recientemente publicado (Johnson et al., 2021) donde Brian Billman presenta, en base a sus investigaciones previas, un excelente trabajo que propone como aproximarse a la excavación de sitios domésticos en los Andes centrales y, particularmente, en la costa norte del Perú (Billman, 2021). Sin embargo, muy pocos son los trabajos sobre arqueología doméstica relacionados al periodo Inicial Tardío o la parte temprana del Horizonte Temprano (Arrelu- cea, 2022; Burger, 1984; Matsumoto et al., 2013; Nesbitt, 2012; Reindel e Isla, 2009; Tsurumi 2008a, 2008b). Así, poco o nada se ha hecho por explorar las poblaciones donde supuestamente residía el grueso de la población andina entre el 1100/1000 – 500/400 a.C., es decir, los asentamientos donde vivió la gente que participaba de las actividades realizadas en dichos edificios y quienes quizá levantaron con sus 11 propias manos las paredes, rellenaron sus plataformas, o les dieron el manteni- Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 miento necesario. Quizá esta masa no estudiada fue el mismo público que partici- paba de las actividades no-exclusivas que posiblemente se dieron en las enormes plazas que caracterizan a estos edificios. Estamos hablando de las personas que les dieron vida a los festivales, quienes participaron activamente de las ferias y, qui- zá, eventos donde se hicieron masivos intercambios via trueque; o tal vez de las personas que, a través de su mano de obra o mecanismos aun no conocidos, dieron ofrendas y tributos a cambio de servicios religiosos o simplemente por creencia ciega en su fe o por coerción ideológica. Si aceptamos que el grueso de la población dio vida, materialidad y fuerza a dichos monumentos, entonces tiene sentido buscar que cambió en la vida de es- tas masas para que dejen de creer o simplemente acudir (por voluntad propia o fuerza) a estos edificios monumentales y, con ello, el cese gradual en el interés de invertir en construir nuevos templos monumentales o renovar los precedentes. Transformaciones ambientales claramente observables en los registros arqueoló- gicos de los sitios ubicados en el litoral de la costa andina alrededor del 1100/1000 a.C., influenciadas por una mayor recurrencia de eventos ENSO en la costa, gene- raron inundaciones, lluvias y grandes movimientos poblacionales acompañados de subsecuentes heladas y sequias en la sierra. También se han propuesto notables cambios en el consumo de recursos marinos, especialmente observados en el caso de moluscos (Pozorski, 1976; Billman, 1996; Sandweiss et al., 2001). Estas crisis ambientales pueden haber sido uno de los muchos factores que contribuyeron al cese en la construcción y renovación de edificios monumentales (Sandweiss et al., 2001; Anderson et al, 2007). Lo anterior supone un importante postulado que parece tener una sólida correspondencia en el registro arqueológico, al menos en sitios del litoral ampliamente descritos y discutidos por Sandweiss y su equipo de investigación. Sin embargo, aún falta explorar más a detalle otros aspectos re- lacionados a las dinámicas sociales e interacciones económicas al interior de los sitios residenciales contemporáneos, con el fin de evaluar el impacto de eventos ENSO, y las acciones de resiliencia, transformación y colapso como respuesta cul- tural a dichos cambios climáticos y ambientales (Sandweiss y Quilter, 2008). Por lo tanto, nos podemos preguntar ¿cómo impactó todo este proceso en las comu- nidades residenciales de pequeña escala donde vivía el grueso de la población? y ¿cuál fue el impacto en las comunidades de pescadores de la costa norte del Perú durante estos periodos? En este artículo presentaremos evidencias de las ocupaciones ocurridas en Huanchaco con relación al periodo Inicial Tardío (1100/1000 – 800 a.C.) y la parte temprana del Horizonte Temprano (800-500/400 a.C.), desde la perspectiva de una comunidad del litoral que ya venía habitando estas playas desde por lo menos el 12 1500 a.C. (Prieto, 2015). Esta primera caracterización va a combinar datos proce- Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... dentes de contextos funerarios, análisis de restos malacológicos y sobre todo un estudio morfológico, decorativo y petrográfico de los fragmentos de cerámica re- portados en las capas ocupacionales asociadas a los periodos cronológicos arriba mencionados. EL PERIODO INICIAL EN EL VALLE DE MOCHE Y EL LITORAL DE HUANCHACO El Periodo Inicial en el valle de Moche El Periodo Inicial Temprano se caracteriza, tal como lo ha sugerido Brian Billman en su pionera investigación publicada en 1996, por una explosión en la construcción de edificios monumentales en el valle bajo y medio en relación con la fase anterior (Billman, 1996). Un poco más discutible es su propuesta que duran- te este periodo también se hacen notables esfuerzos por extender la red hidráuli- ca para irrigación no solo al valle medio, sino también hacia el valle bajo de Moche como parte de una estrategia de centralización política. Generalmente se conside- ra la presencia de asentamientos domésticos y ceremoniales como indicador para la existencia de una ampliación de la red hidráulica en el valle de Moche y otros de la costa norte. Si bien es cierto esta información es la única con la que contamos en la actualidad para datar la afiliación de canales prehispánicos, esto no queda aún del todo claro. Por ejemplo, el hecho que los sitios de Caballo Muerto y Huaca Caña (también conocida como Sacachique) se encuentren hacia el lado norte y medio bajo del valle de Moche, no representa necesariamente una expansión agrí- cola, sino más bien una reclamación de esos territorios bajo un dominio o control ideológico de las actividades desarrolladas en ellos. No descartamos la existencia de canales prehispánicos durante el periodo Inicial y el Horizonte Temprano en el valle de Moche (y con ello de agricultura intensiva), pero su identificación es muy problemática dado que los canales observados en la actualidad o hace cinco décadas, son el resultado de múltiples renovaciones, reconstrucciones, modifica- ciones y alteraciones en épocas prehispánicas, coloniales y republicanas. Con esto no queremos minimizar los aportes hechos por investigadores previos que trata- ron el tema y quienes en base al estudio del recorrido, ubicuidad y asociación de dichos canales han planteado modelos de desarrollo para este valle (Billman, 1996; Pozorski, 1983). Desafortunadamente, aun no tenemos evidencia empírica como, por ejemplo, materiales diagnósticos hallados dentro de los canales o toma de muestras para fechados absolutos que corroboren esta posibilidad. En todo caso es un tema que necesita mayor atención en el futuro. Recientes investigaciones sobre el periodo Inicial en el valle de Moche han lo- grado caracterizar en base al estudio de la secuencia ocupacional y fechados ra- diocarbónicos provenientes de contextos seguros en sitios clave como el Complejo 13 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Caballo Muerto y el sitio de Gramalote, la existencia de dos fases muy marcadas: el Periodo Inicial Temprano (1600/1500 – 1200/1100 a.C.) y el Periodo Inicial Tardío (1100/1000 – 800 a.C.) (Nesbitt, 2012; Prieto, 2018a). Esta subdivisión en dos fases -temprana y tardía- debería reemplazar a la clásica establecida por Billman en 1996 que distingue a “Guañape Temprano” (Periodo Inicial Temprano) y “Guañape Medio” (Periodo Inicial Tardío). La propuesta de Billman (1996) se estableció en torno a la secuencia ocupacional propuesta por Thomas Pozorski para el complejo de Caballo Muerto pero que fue completamente reformulada por Nesbitt en su tesis doctoral publicada en 2012 (tabla 1). Asimismo, Billman utilizó la seriación cerámica realizada por Collier (1955) para definir los tipos cerámicos hallados en sus prospecciones. Para el caso espe- cífico de la cerámica temprana, Collier señala que en sus excavaciones no reporta material Guañape Temprano y Medio, por lo que para ello utiliza y refina la pro- puesta sugerida por Ford (1949) y Strong y Evans (1952) quienes, a su vez, utili- zaron el material de Huaca Negra de Guañape (Collier, 1955). El principal aporte de Collier se da en el Guañape Tardío pues logra excavar sitios asociados a este periodo (Collier, 1955), diferenciando los tres subperiodos de Guañape y, además, distinguiendo dicho material de otros más tardíos como los de influencia Chavín y los de la fase Puerto Moorín (Salinar). Tabla 1 FECHAS CRONOLOGÍA CRONOLOGÍA CRONOLOGÍA CRONOLOGÍA ROWE BILLMAN NESBITT HUANCHACO 200 a.C. HORIZONTE 300 a.C. TEMPRANO LA IGLESIA CURACA 400 a.C. TARDIO 500 a.C. HORIZONTE LATE GUANAPE JOSE OLAYA 3 600 a.C. TEMPRANO LAREDO 700 a.C. TEMPRANO JOSE OLAYA 2 800 a.C. 900 a.C. SAN LORENZO PERIODO MIDDLE 1000 a.C. JOSE OLAYA 1 INICIAL TARDIO GUANAPE 1100 a.C. 1200 a.C. 1300 a.C. PERIODO CORTIJO GRAMALOTE 1400 a.C. INICIAL 1500 a.C. TEMPRANO EARLY GUANAPE 1600 a.C. 14 1700 a.C. Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Uno de los puntos más importantes en la discusión de Collier es el referente a la ubicuidad del “Guañape Red Plain” y del “Guañape Black Plain”, que se refieren a los alfares llanos de la fase Guañape en el valle de Virú (Collier,1955, p. 196). Según Collier, la única diferencia entre ambos reside en el color producido por la cocción, pues a nivel de pasta, acabado de superficie y formas de vasijas, son idénticos. Aunque reconoce que una cocción defectuosa pudo haber sido la causa, sugiere que los fragmentos “Guañape Black Plain” son más recurrentes en las su- bfases tempranas y el “Guañape Red Plain” en las fases más tardías. Esto es muy interesante, pues en Gramalote no hemos podido observar diferencias en color de superficie entre las tres subfases identificadas, a pesar de que cronológicamente pertenecerían a las subfases Guañape Temprano y Guañape Medio de Virú, lo que en términos cronológicos absolutos seria 1500-1200/1100 a.C. o el periodo Inicial Temprano en el valle de Moche (ver tabla 1) (Prieto et. al., 2019). De hecho, más que el color, las formas de los bordes de estas vasijas de cerámica temprana pare- cen ofrecer una mejor posibilidad para diferenciarlas entre subfases. Esto último se centra en el análisis de más de 2000 fragmentos de bordes y cuerpos decorados de vasijas de cerámica provenientes de Gramalote y cuyos resultados han sido presentados oportunamente (Prieto, 2015; Prieto et al,. 2019, p. 38) Al mismo tiempo, dado que la variación en la cocción de las vasijas de cerámica observadas en Gramalote es tan diversa como recurrente, es posible plantear que los alfareros de la época no tenían un buen dominio de la cocción, obteniendo involuntariamente diferentes colores en la pasta. El hecho que esto no haya sido voluntario se demuestra cuando se ve el pobre nivel de cocción en las paredes de las vasijas, lo que tenía un impacto en la durabilidad, efectividad y uso de dichos objetos. Por lo tanto, no creemos que la distinción entre “Guañape Black Plain” y “Guañape Red Plain” sea útil para definir sub-fases cronológicas durante el perio- do Inicial. Por otro lado, otro elemento diagnóstico entre el periodo Inicial Tem- prano (Guañape Temprano y Guañape Medio) y el periodo Inicial Tardío (Guañape Tardío) es que, durante el primero, solo se observan botellas de un solo gollete (además de ser muy escasas), mientras que para el segundo aparecen las asa-estri- bo (Nesbitt, 2012; Prieto et al., 2019, pp. 42-43). Al menos para el caso de Gramalo- te, estamos hablando de más de 25,000 fragmentos excavados y analizados, de los cuales más de 2,000 han sido bordes o fragmentos diagnósticos. En el caso de Collier, él reporta 8,000 fragmentos del sitio V-272 (Collier, 1955, p. 153, Tabla 11), lo que es una muestra significativa pero aun poco más de la tercera parte del total de Gramalote. Más problemático aún resulta usar wares y tipos como “Guañape Polished Red”, “Guañape Zone Red”, “Guañape Modeled”, “Guañape Incised Rib”, “Guañape Punctate”, “Guañape Zoned Punctate”, “Fabric Impressed Sherd”, “Ancón Zoned Punctate”, “Ancón Fine-Line Incised”, “Ancón 15 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Broad Line Incised”, “Ancón Rocker Stamped” y “Ancón Engraved” (Collier, 1955, pp. 196-210). Esto último porque en todos los casos se vuelve a plantear el hecho que se tratan de alfares con tipos de decoración o acabado de superficie que en su gran mayoría aparecen en la secuencia desde la cerámica del periodo Inicial Temprano en Gramalote. Por poner solo un ejemplo, Collier indica que el Guañape Temprano solo tiene vasijas llanas y algunos “pinchados” (“finger prints”) y de- coración con listones mellados, mientras que los punteados (“Guañape Punctate”) y la decoración con incisiones de línea fina (“Ancón Fine-line Incised”) aparecen solo al final de la subfase temprana (Collier, 1955, p. 104). Aunque cabe la posibi- lidad que la cerámica temprana sea diferente en el valle de Virú, queda claro que este no es el caso en el valle de Moche, tomando en consideración la tipología de formas y decoración observadas en los sitios de Gramalote y Caballo Muerto (Fase Cortijo), las cuales han sido corroboradas con fechados absolutos (Nesbitt, 2012; Prieto et al., 2019) Hemos podido demostrar ampliamente, que desde la subfase Gramalote 1 (Fase 1, con fechados absolutos 1500-1400 a.C.) aparecen “broad-line incised”, listones mellados, punteados entre otros, mientras que, la decoración con incisiones de línea fina no aparece hasta la subfase Gramalote 3. Al mismo tiempo, aunque para Collier, el “Ancón broad-line incise” está asociado a contactos con Ancón-Supe en su fase Guañape Medio, para nosotros este tipo de decoración domina desde la subfase Gramalote 1, 2 y 3; es decir, durante todo el periodo Inicial Temprano en Gramalote, Caballo Muerto (Fase Cortijo) y, subsecuente, en todo el valle de Mo- che. Por otro lado, Collier (1995, p. 105) indica que para el Guañape Medio aparece un “polished black ware” (Ancón Polished Black) y cinco tipos nuevos de decora- ción, además de aparecer espejos de antracita y vasijas de piedra. Al respecto, en el sitio de Gramalote tenemos todos esos elementos desde la subfase Gramalote 1 (Fase 1) y continúan hasta el final de la ocupación del sitio, sin mayores varia- ciones, por lo que nuevamente, para el caso del valle de Moche, continúa siendo problemático. Observaciones similares han sido realizadas por Nesbitt en el estu- dio de su cerámica excavada en varios edificios y zonas domésticas del Complejo Arqueológico Caballo Muerto (Nesbitt 2012). Por tanto, creemos que la propuesta cerámica de Collier (1955) y, por ende, la utilizada por Billman (1996) para el valle de Moche, al menos en lo que respecta a los sitios tempranos, debe ser reconside- rada a la luz de los nuevos hallazgos. En todo caso lo que si es cierto es que la muestra que presentamos más adelante en este artículo es aún muy escasa (n=210) en comparación con las aquí discutidas, por lo que nuestras conclusiones deben ser tomadas con cautela. Lo que si queda claro es su afiliación cronológica absoluta en base a los 11 fechados publicados 16 en este artículo y que posiciona este material en una ubicación más tardía que la Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... colección de Gramalote. Por otro lado, los recientes avances en la reevaluación de la cerámica analizada por los miembros del Proyecto Virú permiten apreciar una serie de limitaciones no solo en el caso de la cerámica temprana, sino en los pos- teriores, por lo que su uso ahora debe ser tomado con mucha cautela (Chen, 2019; Millaire y Morlion, 2009; Zoubek, 1998). Un comentario final aquí es que usar el modelo de “wares” es problemático si no se han realizado estudios petrográficos detallados como los aquí presentados y corroborados. Aún más, nuestros propios análisis petrográficos deben ser ahora confirmados por estudios composicionales como ablación de láser, microscopia electrónica de barrido, difracción de rayos X, ráman, entre otros, lo que va a generar posiblemente cambios en nuestra propues- ta de petrogrupos. En el caso del valle de Moche, todos los sitios tempranos discutidos por Billman (1996) en sus estudios sobre patrones de asentamientos se han identificado en base a una comparación de la propuesta cerámica del valle de Virú (específicamente Collier, 1955). A su vez, el material cerámico fue recolectado en superficie lo que, si bien es cierto significó un enorme esfuerzo en su identificación y definición, ahora sabemos que las características morfológicas y estilísticas de las vasijas de cerámica del periodo Inicial del valle de Moche son más complejas -y diferentes- que las previamente descritas (Nesbitt, 2012; Prieto et al., 2019) (figura 1). El Periodo Inicial Temprano en Huanchaco Hasta hace poco, pensábamos que en Huanchaco solo teníamos evidencia del Periodo Inicial Temprano por la información recuperada en el sitio de Grama- lote (Briceño y Billman, 2008; Prieto 2015, 2018a, 2018b). Sin embargo, excavacio- nes realizadas en 2017-2020 en el sitio Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco, han cambiado completamente nuestro panorama (figura 2). La ocupación del periodo Inicial Temprano en Huanchaco se centra en el sitio de Gramalote, el cual está ubicado a 2.5 km al sur del actual pueblo, en el centro poblado de Huanchaquito (Prieto, 2018a). Lo relevante para este artículo es que el sitio de Gramalote dejó de ser habitado alrededor del 1200/1100 a.C., lo que supone un proceso de abandono gradual de las zonas domésticas del sitio, mien- tras que continúan actividades ceremoniales alrededor del templo (Prieto 2015, 2018b). Sobre las viviendas abandonadas se construyeron estructuras con mate- riales perecederos, posiblemente temporales en uso, que dejan de ser habitadas alrededor de 1200/1100 cal. a.C. Otro cambio notorio es la aparición de depósitos cuadrangulares cerca de las estructuras de tipo perecedero en el sector doméstico del sitio, algo que no se había visto previamente. Estos depósitos se interpretan como un mecanismo interno de control de la producción y, sobre todo, del exce- dente producido por los pescadores que esporádicamente visitaron el sitio tras 17 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 18 Figura 1 Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Figura 2 su abandono residencial. Al mismo tiempo, la presencia de fogones con eventos de abandono evidenciados por capas de arena que cubren los niveles de ceniza de forma secuencial, indica que estos fogones eran utilizados espaciadamente y que los pescadores regresaban esporádicamente al otrora densamente habitado sitio para faenas de pesca (Prieto, 2014, p. 29, figura 17). Durante la última fase ocupa- cional de Gramalote (Fase 3), se observó además una reducción de los recursos ma- rinos explotados en fases previas, por lo que parece que su abandono pudo estar relacionado, entre otros factores, a una reducción en la disponibilidad de recursos marinos en las playas inmediatas (Prieto, 2015). En otra oportunidad, hemos planteado que la presencia de ocupaciones perma- nentes en la zona donde actualmente se encuentra el pueblo de Huanchaco (2.5 km al norte de Gramalote) se debe a que los pescadores decidieron tomar ventaja de la protección que ofrecía la ensenada para poder maniobrar mejor sus balsas de totora al momento de entrar al mar, en vez de las playas lineales con fuerte oleaje como la que se ubica frente a Gramalote. Hacia el 1000/900 a.C. se muestra una ocupación del periodo Inicial Tardío en el Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco, lo cual sugiere que, en efecto, hubo un traslado desde el sitio de Gramalote hacia este sector. Este cambio en la ubicación del asentamiento residencial permanente ha continuado en la zona desde el periodo Inicial Tardío hasta el día de hoy. 19 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 EL SITIO ARQUEOLÓGICO SECTOR JOSÉ OLAYA – SITIO IGLESIA COLONIAL DE HUANCHACO El sitio de la Iglesia Colonial de Huanchaco se ubica a unos 380 metros al este de la actual plaza de armas del pueblo y se encuentra ubicado sobre una terraza marina que en su punto más alto alcanza 34-36 m s. n. m. El sitio es dominado hoy en día por un edificio religioso construido durante los primeros años de la Colonia, pero que ha sido objeto de múltiples reconstrucciones y cambios (Prieto, 2011; Prieto y Rodrich, 2015). Inmediatamente al norte del templo católico, se encuentra un cementerio re- publicano que es usado hasta el día de hoy, mientras que al sur se ubica el colegio público I. E. #80033 José Olaya Balandra, fundado en la década de 1960. En los alre- dedores y conectando estos tres componentes modernos (colegio, iglesia y cemen- terio) hay una serie de pistas, parques, jardines y viviendas que han terminado por absorber la mayor parte del sitio arqueológico. Por lo tanto, nuestras investigacio- nes se han centrado en las zonas públicas alrededor del edificio de la actual iglesia colonial de Huanchaco y también en un área libre de construcciones dentro del colegio. Por esta razón, este sector del sitio Iglesia Colonial de Huanchaco, se le conoce como “Sector José Olaya” pero no es más que parte del sector sur, que en algún momento fue el total del sitio Iglesia Colonial de Huanchaco. Previamente, este sector fue denominado “Zona C” por el proyecto Chan Chan, valle de Moche, quienes hicieron excavaciones en ese sector y en la ladera oeste de la Iglesia Colo- nial (Zona A) (Donnan y Mackey, 1978, p.17, mapa 3). La evidencia más temprana hasta el momento registrada apunta a una ocupa- ción posiblemente residencial, ceremonial y funeraria del periodo Inicial Tardío (1000-800 a.C.) y la parte temprana del Horizonte Temprano (800-500/400 a.C.) en el sector José Olaya, las cuales son objeto de discusión en este artículo. Durante el Horizonte Temprano Tardío (400-200 a.C.) el sitio tuvo una densa ocupación funeraria y con arquitectura ceremonial en el sector sur (Sector José Olaya) y una ocupación doméstica y funeraria en el sector norte (alrededores de la Iglesia Co- lonial de Huanchaco) (Aguirre et al., 2017; Asencio et al., 2016; Asencio et al., 2020; Chimovén et al., 2016; Contreras et al., 2017; Villalobos, 2021) (figura 2). Posteriormente, durante la primera parte del Intermedio Temprano (150 a.C. – 450/500 d.C.) el sitio parece enfocarse únicamente en una ocupación funeraria Virú, densamente concentrada en el sector sur (Sector José Olaya), sin evidencia de ocupación doméstica durante ese periodo (Sánchez, 2021). Alrededor del 450/500 – 700/750 d.C.), el sitio va a ser ocupado nuevamente como zona residencial y fu- neraria (aunque esta última menos densa que la fase previa) con una cultura ma- 20 terial claramente Moche Tardío1. Luego parece haber un hiatus ocupacional entre 1 Moche Tardío, en este contexto, se refiere a un aspecto cronológico (650-850 d.C.) y no a un estilo cerámico en particular. Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... el 750-1000/1100 d.C. aunque el primer autor de este manuscrito recuerda haber visto material de estilo “Horizonte Medio” en la zona que hoy ocupan viviendas inmediatamente al norte del límite del colegio José Olaya. En todo caso, nuestras excavaciones no han registrado ningún material de ese periodo y los fechados disponibles tampoco muestran rangos de tiempo que supongan ocupaciones du- rante el Horizonte Medio. Alrededor de 1000/1100 hasta el 1450 d.C. el sector sur del sitio (Sector José Olaya) fue reutilizado por los Chimú como un espacio para el sacrificio masivo de niños y camélidos, tal como demostraron las excavaciones de Donnan y Foote (1978) y las hechas por nuestro programa de investigaciones en 2019 (Flores, 2019). Finalmente, el sitio presenta un cementerio Chimú-Inca y luego Colonial y Republicano en los alrededores del edificio del Santuario de Nuestra Señora Candelaria del Socorro de Huanchaco (Asencio, 2019; Prieto, 2021; Tschinkel, 2022). Es decir, este es el único sitio arqueológico de Huanchaco que muestra casi toda la secuencia Prehispánica, Colonial y Republicana (figura 3). EL SECTOR JOSÉ OLAYA – SITIO IGLESIA COLONIAL DE HUAN- CHACO DURANTE EL PERIODO INICIAL TARDÍO Y EL HORIZONTE TEMPRANO Como hemos indicado, estas ocupaciones se concentran en el sector sur del sitio Iglesia Colonial o también conocido como Sector José Olaya. Este sector se encuentra a 447 metros de la orilla de playa y aproximadamente a 20-25 metros 21 Figura 3 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 sobre el nivel del mar. Las ocupaciones del periodo Inicial Tardío y el Horizonte Temprano se ubicaron en la ladera de una duna de arena limpia que ofrecía pro- tección de los vientos desde el suroeste y en suave declive hacia el mar. Es posible que el núcleo de la ocupación doméstica se haya ubicado sobre la falda de este declive y se encuentre a unos 50 metros al oeste del área que hemos excavado (fi- gura 4). La ubicación donde hemos hallado la ocupación del periodo Inicial Tardío y Horizonte Temprano en Huanchaco se encuentra en una posición estratégica frente al sector de la playa donde hasta el día de hoy los pescadores tradicionales de Huanchaco entran al mar usando sus balsas de totora y donde diariamente las ponen a secar después de sus faenas de pesca. Podríamos argumentar que, desde el punto de vista práctico, la nueva ubicación presentaba una mejor protección de los fuertes vientos, una mayor altitud ante eminentes maretazos y tsunamis, y, so- bre todo, una ubicación más cercana para el uso y navegación con balsas de totora, tomando ventaja de la ensenada que corta la fuerza de las olas en la playa. Todos estos criterios prácticos no existieron en el sitio de Gramalote, donde se observa una playa lineal y abierta. Excavaciones arqueológicas en Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huan- chaco Entre 2017 y 2020, hemos logrado excavar un total de 782 m2 divididos en cinco áreas (Áreas 13, 14, 15, 27 y 28)2. Tal como se observa en el perfil de la figura 5, las ocupaciones del periodo Inicial Tardío (marcadas en rojo) y la parte temprana del Horizonte Temprano (marcadas en amarillo), se encuentran de 2.5 a 3.5 metros de profundidad, bajo una densa ocupación del periodo Horizonte Temprano Tardío con fechados AMS que la ubican entre el 400-200 cal. a.C., asociado a Salinar (figura 5). Sin embargo, el espesor total de las capas asociadas a los periodos Inicial Tardío y la parte temprana del Horizonte Temprano es reducido, pues en promedio no so- brepasan los 25-30 cm de espesor. Es decir que, si calculásemos el metraje cúbico, estaríamos considerando un total de aproximadamente 235 m3. A ello debe sumar- se el hecho que gran parte de estos depósitos estuvieron constituidos por rellenos estéril de arena blanca, contando únicamente con los rasgos (fogones, depósitos de basura y hoyos) registrados en su superficie. Adicionalmente, en el Área 15, solo se registró sobre la estéril una ocupación de la parte temprana del Horizonte Temprano, pero no la del Periodo Inicial Tardío. La intensa actividad ocupacional posterior del Horizonte Temprano Tardío (Salinar) en Huanchaco, ha ocasionado que en algunos casos las capas y rellenos ocupacionales del periodo Inicial Tardío 2 Es importante recalcar que de esta superficie total, aproximadamente 80 m2 del Área 27 no fueron 22 excavados hasta las ocupaciones del periodo Inicial Tardío y la parte temprana del Horizonte Tem- prano. Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Figura 4 23 Figura 5 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 y el Horizonte Temprano se mezclen con materiales más tardíos asociados a Sa- linar (tabla 2). No obstante, en varios sectores intervenidos, las ocupaciones del periodo Inicial Tardío y la parte temprana del Horizonte Temprano estuvieron casi intactas, permitiéndonos recuperar materiales como cerámica, restos faunís- ticos y algunas tumbas que hemos podido asociar a capas ocupacionales de las que hemos obtenido fechados absolutos tomadas de contextos seguros que muestran un rango entre 1000/900 – 500/400 cal. a.C. (tabla 3). Para una mejor comprensión y organización de las ocupaciones y sus mate- riales asociados, hemos subdividido las ocupaciones en tres subfases: José Olaya 1 (1000-800 a.C.), José Olaya 2 (800-600 a.C.) y José Olaya 3 (600-400 a.C.) (tabla 2). Esta propuesta se basa en 11 fechados AMS obtenidos en el Center for Accelerator Mass Spectrometry (AMS) de la Universidad de Yamagata, Japon, los cuales al es- tar influenciados por la Meseta de Hallstatt, no nos permiten desarrollar rangos de tiempo más cortos. Pareciera, en base a los resultados disponibles, que la parte más temprana (José Olaya 1) esta hacia el sector oeste del sitio, mientras que las subfases subsiguientes tienden a ser más recurrentes hacia el lado este del sitio. Esto último tiene sentido pues es acorde con la lógica de ocupación del sitio ex- Tabla 2 24 Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... 25 Tabla 3 Código de labo- Contexto arqueológico de Tipo de material 14 ratorio proveniencia muestreado C CALIBRACION. OxCal v4.4.4 Bronk Ramsey (2021); r:5 age ± (AP) from to % from to % from to % R_Date YU-13222 IG-A15-C5-R35-MF68 (*) - Tillandsia sp 2436 21 -516 -403 68.268949 -736 -396 95.449974 -756 -387 99.73002 quema en piso R_Date YU-13229 IG-A13-R124-C4-MF48- fo- Tillandsia sp 2504 22 -754 -516 68.26895 -763 -418 95.449973 -774 -408 99.73002 gon R_Date YU-13230 IG-A13-C4-R116-MF39- Tillandsia sp 2532 20 -763 -548 68.268949 -778 -484 95.449973 -787 -415 99.73002 fogon R_Date YU-13231 IG-A13-C4-R110-MF41- Tillandsia sp 2617 22 -806 -764 68.268949 -811 -568 95.449973 -829 -542 99.73002 fogon R_Date YU-13154 IG-A13-RC4-R121-MF45- Tillandsia sp 2540 22 -769 -550 68.268949 -784 -492 95.449973 -792 -416 99.730021 fogon R_Date YU-13153 IG-A13-RC4-R120-MF44- Tillandsia sp 2585 22 -795 -589 68.268949 -803 -546 95.449974 -811 -486 99.73002 fogon R_Date YU-13220 IG-A14-C5-R158-MF54- Tillandsia sp 2460 21 -715 -411 68.268949 -750 -401 95.449973 -761 -396 99.73002 fogon R_Date YU-13221 IG-A14-C5-R159-MF55- Tillandsia sp 2493 21 -749 -422 68.268949 -756 -413 95.449973 -771 -406 99.73002 fogon R_Date YU-13225 IG-A27-RC5-R71-MF81- Tillandsia sp 2539 21 -768 -550 68.268948 -781 -489 95.449974 -791 -416 99.730021 fogon R_Date YU-13228 A28-RC7-Amb16-R80- Tillandsia sp 2490 23 -748 -421 68.26895 -756 -411 95.449974 -771 -405 99.73002 Mf123-fogon R_Date YU-13226 A28-C8-D6-Mf127- tumba de Fragmento de rama 2738 22 -897 -811 68.26895 -910 -804 95.449974 -978 -792 99.73002 camara carbonizada de ar- busto (*) El Area 15 esta ubicada al sur de las Areas 13, 14 and 27 y al este del Area 28. El Nivel 5 (Capa 5), estuvo estratigraficamente mas alto que los niveles 4 (C4) y (RC4) de las otras areas. Ademas, no se ha reportado material ceramico del Periodo Inicial Tardio (subfase Jose Olaya 1) y de la subfase Jose Olaya 2 de la parte mas temprana del Horizonte Temprano en el Area 15. Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 tendiéndose gradualmente hacia el este. Alternativamente, es posible que durante las dos subfases de la parte temprana del Horizonte Temprano (José Olaya 2 y José Olaya 3), se haya preferido la ubicación más alta del sitio para realizar diversas actividades ceremoniales. Como detallaremos más adelante, nuestras áreas de ex- cavación parece que se ubican no necesariamente en el sector doméstico-resi- dencial del sitio durante las ocupaciones de las subfases José Olaya 1, 2 y 3, sino en donde realizaron festines y posiblemente culto a sus muertos, es decir de tipo ceremonial. En el caso de la cerámica discutida en este artículo, dada su importancia para la secuencia ocupacional de Huanchaco, esta fue obtenida durante el proceso de excavación de las capas asociadas al periodo Inicial Tardío y la parte temprana del Horizonte Temprano. Como se decidió tamizar el 100% de los rellenos asociados a estas capas ocupacionales, las cuales ya hemos indicado que sumaron aproxima- damente 235 m3, se recuperaron varios fragmentos más. Para este análisis pre- sentamos un total de 210 fragmentos de cerámica entre bordes y decorados. Los lectores podrán identificar que todos los fragmentos dibujados que tienen el “RC” pertenecen a rellenos de capa y por ende han sido obtenidos durante el proceso de excavación o durante el zarandeo de los rellenos. Sin embargo, todos los bordes dibujados y los fragmentos decorados ilustrados en las figuras 8 a 15 representan el total de los hallados en sus respectivas capas y subfases ocupacionales como se propone en este artículo. El material cerámico no es muy abundante como podrá notarse, y en otro trabajo en proceso vamos a presentar los datos completos rela- cionados a la cantidad de cerámica por ocupación (subfases José Olaya 1 a 3). Para efectos comparativos, en referencia al material malacológico que será des- crito y discutido más adelante, es importante saber que de los 235 m3 de rellenos excavados para las capas asociadas al periodo Inicial Tardío y la parte temprana del Horizonte Temprano, durante el proceso de excavación se decidió zarandear el total de los rellenos, para lo cual se utilizó una zaranda de malla mediana (1/4 pulgadas); mientras que todos los rasgos como fogones, hoyos con basura o sim- ples cortes en superficies ocupacionales fueron tamizados con un una malla de 1/8 pulgadas. El total de restos malacológicos recuperados en estas capas ocu- pacionales suman un total (considerando NISP) de 10,110 restos (tablas 4, 5 y 6) Todo el material malacológico fue recolectado, salvo fragmentos no diagnósticos (partes de cuerpos de valvas o caracoles) o menores a 1 cm. En el caso de los fechados AMS, estos fueron analizados en el Center for Acce- lerator Mass Spectometry de la Universidad de Yamagata, Japón. Todos los fecha- dos, salvo un caso, provienen de plantas carbonizadas de la especie localmente conocida como “achupalla” (Tillandsia sp.), la cual ha probado ser muy buena al 26 obtener fechados dada su corto ciclo vital y su constante recolección en los sis- Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... temas de lomas cercanos. Un caso, que coincidentemente es el más temprano, corresponde a un fragmento carbonizado de un arbusto local, los cuales también son de corta vida, pero desafortunadamente no hemos podido determinar su es- pecie botánica. En cualquier caso, las muestras, como se indican con sus respec- tivos códigos en la tabla 3, provienen de contextos seguros. Es decir, todos han sido tomados de quemas y fogones asociados a superficies ocupacionales del sitio y no de rellenos con material ambiguo, aunque estos últimos, sobre todo los más tempranos, parecen no haber tenido mayor contaminación. Bajo esta perspectiva, su ubicación estratigráfica es segura y, siguiendo recomendaciones recientes para mejorar el análisis e interpretación de fechados absolutos (Contreras, 2022), nos han permitido elaborar la secuencia de subfases que presentamos a continuación. Finalmente, los lectores deben notar que estos materiales no corresponden a una ocupación de tipo doméstica, sino que nuestras excavaciones parecen haber dado con el sector periférico o terminal del sitio hacia su lado este y donde los contextos registrados sugieren un área para realizar actividades ceremoniales de una manera bastante restringida y limitada. Por tanto, estos datos deberán ser co- rroborados y contrastados con ocupaciones netamente domésticas ubicadas hacia el sector oeste del sitio, las que desafortunadamente se encuentran hoy en día bajo ocupaciones urbanas modernas de Huanchaco (figura 4). La subfase José Olaya 1 (1000-800 a.C.) Es la ocupación más temprana hallada en el Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco y corresponde al periodo Inicial Tardío. Solo contamos con un fechado obtenido en el Área 28 (YU-13226), registrado en la capa 8 (tumba de cámara IG-514). Este fechado fue tomado de un fragmento carbonizado de una rama que soportaba parte de la cubierta de la cámara de la tumba, la cual aún se encontraba incrustada en la pared de la estructura. Alrededor de la tumba, se registró una superficie de arena compacta, endurecida posiblemente por su cons- tante exposición al medio ambiente marino de la zona. En esta ocupación regis- tramos algunos hoyos en cuyo interior se hallaron fragmentos de cerámica finos que son similares a los descritos por Nesbitt (2012) para el sitio contemporáneo de Caballo Muerto de la fase San Lorenzo. El fechado obtenido de la tumba refuerza esta comparación, situando la ocupación alrededor del 1000-800 a.C. (figura 6, ta- blas 2 y 3). Contexto Funerario IG-514 El contexto IG-514 fue una estructura funeraria de tipo cámara de forma ovala- da de aproximadamente 2 metros de largo por 1.5 metros de ancho. Estuvo orien- tada de este a oeste, con un estrecho acceso con escalón en el lado este. La estruc- tura tuvo una profundidad de 1 metro y estuvo cubierta con ramas de arbustos 27 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Figura 6 de especies locales, posiblemente chemoy3 y costillas de un cetáceo, las cuales en algunos casos fueron trabajadas en su parte central para fijar los amarres de las posibles esteras que se utilizaron para cubrir el techo. En algún momento de ocu- pación prehispánica, la tumba fue abierta y su contenido original completamente alterado. La excavación de esta cámara funeraria se hizo por niveles para un mejor registro. En el primer nivel (más superficial), se definieron las costillas de cetáceo colapsadas sobre el relleno de la cámara (figura 7). En el segundo nivel se regis- traron algunos objetos que fueron las ofrendas funerarias abandonadas por los que intruyeron esta tumba en tiempos prehispánicos y los huesos del individuo enterrado en esta cámara sobre el límite sur y zona central de la cámara (figura 7). Así, los huesos del usuario fueron abandonado in situ, completamente disturbados, lo que sugiere que no se respetó su cuerpo, ni hubo interés en llevarse sus huesos al momento del saqueo (salvo la ausencia del húmero y mano derecha, así como el radio izquierdo). El individuo enterrado destaca desde el punto de vista osteológi- co pues se trató de un adulto mayor de sexo masculino que, al momento de muer- 28 3 Aun no hemos realizado una identificación taxonómica de la(s) especie(s) utilizada(s). Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Figura 7 te, tuvo más de 50 años. Se identificó osteoartritis bilateral del hombro, definido por labiación y porosidad en los bordes de la cavidad glenoidea y en el proceso coracoides de ambas escápulas, así como en la cabeza del húmero izquierdo y po- rosidad en ambas clavículas laterales, lo cual estaría relacionado con actividades físicas que requieren el uso de ambos brazos. Asimismo identificamos osteoartritis en la rodilla con la presencia de labiación y eburnación en la meseta tibial. dere- cha. Se observaron osteofitos y porosidad en las vértebras torácicas y lumbares ubicados en el cuerpo, las facetas articulares o en ambos, así como labiación en condiciones leve, moderado y severo. Creemos que la presencia y el nivel de os- teoartritis puede ser usado como un indicador de estrés acumulado y de la presión habitual sobre el sistema musculoesquelético. Esto habría tenido consecuencias en la movilidad y el desempeño de actividades cotidianas hacia el final de vida de 29 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 este individuo. Como indicadores de robustez se identificó un fuerte desarrollo muscular en la parte posterior de ambos fémures, que abarca la línea áspera, lí- neas glútea y pectínea, con una notable lesión ósea en la línea pectínea del fémur izquierdo, debido al fuerte desarrollo del músculo glúteo mayor, lo que sugiere una actividad intensa de flexión y aducción de la articulación coxofemoral, como por ejemplo, la posición flexionada que adoptan los pescadores al remar sobre sus balsas de totora. También observamos un fuerte desarrollo muscular en la línea soleal de la tibia izquierda, y un moderado desarrollo muscular en la cresta del tubérculo mayor y la cresta supracondílea lateral del húmero izquierdo anterior. Esta robustez nos estaría indicando el incremento de la presión sobre el hueso debido, por ejemplo, al incremento de la actividad física o muscular, estimulando el depósito de tejido nuevo que fortalece el hueso y lo robustece. Podemos dedu- cir que el individuo IG514 tuvo una significativa demanda física que resultó en el aumento de la robustidad ósea. Finalmente se observaron traumas curados en una costilla, asi como la tibia y peroné derechos. El análisis bioarqueológico indica una robustez muy marcada pues se identificó un fuerte desarrollo muscular. Podemos deducir que el individuo IG 514 tuvo una significativa demanda física que resultó en el aumento de la robusticidad muscular y ósea, muy posiblemente asociada al uso constante de balsas de totora. A pesar de estos marcados índices de actividad física constante que deno- tan actividad continua en el uso de balsas de totora y carga constante de peso, lo cual es concordante con las actividades diarias que realizan los pescadores de Huanchaco, este individuo adulto masculino de más de 50 años, al momento de la muerte, fue enterrado con varios artefactos que sugieren cierto estatus social elevado dentro de su comunidad. Si bien es cierto, estos datos deben tomarse con cautela debido a que tenemos pocas tumbas asociadas al periodo Inicial Tardío en Huanchaco, el simple hecho de haber sido enterrado en una cámara funeraria ya denota una distinción social con respecto al resto de los contextos funerarios excavados a la fecha. Del mismo modo, en su interior, y a pesar de que esta tumba fue saqueada en tiempos prehispánicos, hallamos en el primer nivel y sobre el lado noroeste de la cámara, partes de un cráneo de cetáceo, lo cual es una ofrenda bastante inusual en Huanchaco prehispánico, considerando que tenemos tumbas de periodos precedentes y posteriores, donde no hemos hallado estos elementos oseos como ofrendas. En el segundo nivel de excavación en la tumba, se registró también en el lado noroeste, una vasija de cerámica tipo canchero, la cual tuvo la característica de poseer un mango rectangular (figura 8). Esta pieza es muy similar a otra excavada en contextos funerarios de élite del sitio Kuntur Wasi en Cajamarca (Onuki, 1995). 30 Cerca de la base de la tumba (tercer nivel de excavación), hallamos un total de 41 cuentas grandes en formas cilíndricas y esféricas de mineral verde, las cuales fue- Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Figura 8 ron parte de un collar que debió usar el individuo enterrado en esta cámara (figura 8). Algunas de las cuentas muestran trazos de pigmento rojo, lo que coincide con pigmentación roja hallada en la mandíbula, parietal, así como en el fémur y pelvis izquierdos, lo que confirma que fue utiliza- do por el individuo encontrado dentro de esta cámara. Este co- llar también guarda similitud con los hallados en Kuntur Wasi por la misión japonesa (Onuki, 1997, p. 94, figura 25). Cerca de estos hallazgos se registró un artefac- to tallado de hueso el cual no está completo, pero fue posiblemente el remate de un pin o un amuleto tallado en forma aserrada en uno de sus extremos y con una hora- dación. Lo más significativo de este objeto es que estuvo pintado con pigmento rojo y plomo, este último posiblemente grafito, tal como se ha registrado en la cerámica contemporánea para el periodo Inicial Tardío en el valle de Moche y en Huanchaco (figura 8). En los alrededores de la cámara IG-514, hemos hallado fogones los cuales tuvie- ron abundantes restos de Tillandsia sp. carbonizados, así como otros rasgos (hoyos en el suelo) que contenían valvas (Protothaca thaca) parcialmente quemadas y en dos ocasiones hoyos en cuyo interior registramos fragmentos de cerámica. Uno de ellos fue el borde de una olla sin cuello con engobe rojo y decorada con un motivo hecho con pintura grafitada. En otro hoyo, registramos un fragmento correspon- diente a la base de una posible botella decorada con líneas incisas en patrón achu- rado (figuras 9-12 y 10-2). Evidencias malacológicas Como hemos indicado arriba, parece que estas ocupaciones más corresponden 31 a áreas de enterramiento (cementerio) y actividades rituales asociadas a eventos Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 funerarios, por lo que es difícil evaluar aspectos relacionados a la dieta y sub- sistencia. No obstante, hemos hallado una moderada cantidad de restos mala- cológicos en los rellenos y rasgos asociados a la Fase José Olaya 1 (NISP=2939/ NMI=2019). Esto último se debe en parte a que las capas del periodo Inicial Tardío y la parte temprana del Horizonte Temprano son muy delgadas, no sobrepasando en conjunto de 25 a 30 cm de espesor. Entre las especies identificadas predominan aquellas de biotopos rocosos, lo cual corresponde con la explotación de recursos malacológicos observada para el periodo Inicial Temprano en Gramalote (Prie- to, 2021a, pp. 32-37, tabla 2.4). En esta línea, los caracoles de las especies Tegula y Prisogaster son las más comunes (biotopos rocosos), mientras que el resto de las especies están por debajo del 5% de representatividad. Una diferencia con el periodo Inicial Temprano de Gramalote es la presencia de especies de gasterópo- dos pequeños como Nassarius dentifer y Xantochorus buxea (usualmente de biotopos arenosos), mientras que especies que por lo general tienen más volumen cárnico como los Stramonita (biotopo rocoso) no son tan comunes (tabla 4). Otra diferencia es en cuanto a los bivalvos. En las ocupaciones del periodo Inicial Temprano de Gramalote, los más abundantes son el Choromytilus chorus (biotopo rocoso), segui- dos de grandes almejas como Semele sp, Protothaca thaca y Eurhomalea rufa (biotopo arenoso/fangoso). En el caso de la ocupación de la subfase José Olaya 1 (periodo Inicial Tardío), el bivalvo más abundante es la pequeña Donax sp. (biotopo are- noso) que, de hecho, representa más del 52% del total de los moluscos para esta ocupación. La especie que le sigue en importancia es la Protothaca thaca pero con escasos 131 especímenes que representan menos del 5% del total. Más dramático aún, es el caso de las Semele y Eurhomalea que suman ambos 15 especímenes, se- guidas del Choromythilus chorus que solo tiene siete especímenes (tabla 4). Estas di- ferencias en relación con Gramalote pueden sugerir, o bien un cambio dramático en el consumo de bivalvos en la costa de Huanchaco a partir del 1100/1000 a.C., o que dichas especies no fueron tan consumidas en áreas asociadas a prácticas ce- remoniales y funerarias, dado que no tenemos información de los rellenos de las ocupaciones domésticas que deben estar más hacia el oeste y hoy inaccesibles por las construcciones modernas del pueblo de Huanchaco. Sin embargo, nos gustaría sugerir que, en efecto, hubo un cambio dramático en el consumo de bivalvos en la costa de Huanchaco, lo que coincide con las observaciones hechas por Daniel Sandweiss quien ha sugerido que los cambios climáticos ocasionados por una ma- yor recurrencia de eventos ENSO, arrasaron con la presencia de especies de bival- vos de agua fría como el Choromytilus chorus (Sandweiss et al. 2001). De hecho, se ha podido reportar presencia de eventos ENSO asociados al Horizonte Temprano en el valle de Moche (Billman and Huckleberry 2008; Nesbitt 2016). Desafortuna- damente, al cierre de este artículo no contamos con el resultado de análisis de los 32 huesos de peces y otros óseos animales observados, pero podemos asegurar que Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Tabla 4 CLASE TAXA BIOTIPO NISP % NMI % A R PM Fissurella peruviana x 16 0.5 16 0.8 Fissurella maxima x 5 0.2 5 0.2 Fissurella latimarginata x 5 0.2 5 0.2 Tegula atra x 368 12.5 368 18.2 Tegula tridentata x 9 0.3 9 0.4 Prisogaster niger x 355 12.1 355 17.6 Crepipatella dilatata x 5 0.2 5 0.2 Polinices uber x 12 0.4 12 0.6 Ceratostoma sp. x 1 0.03 1 0.05 Xanthochorus buxea x 66 2.2 66 3.3 Stramonita biserialis x 1 0.03 1 0.05 Stramonita chocolata x 49 1.7 49 2.4 Stramonita haemastoma x 68 2.3 67 3.3 Nassarius dentifer x 141 4.8 141 7 Mitra orientalis x 18 0.6 18 0.9 Choromytilus chorus x 7 0.2 5 0.2 Semimytilus algosus x 6 0.2 5 0.2 Spisula adamsi x 13 0.4 9 0.4 Mesodesma donacium x 1 0.03 1 0.05 Protothaca thaca x 131 4.5 71 3.5 Eurhomalea rufa x 8 0.3 5 0.2 Donax obesulus x 1533 52.2 798 39.5 Semele sp. x 7 0.2 5 0.2 Pholas chiloensis x 3 0.1 2 0.1 Balanus sp. x x 24 0.8 - - CRUSTÀCEA Platyxanthus orbignyi x 65 2.2 - - Cancer setosus x x 3 0.1 - - ECHINOIDEA Tetrapygus niger x x 19 0.6 - - TOTAL 2939 100 2019 100 N° especies biotopo arenoso 13 N° especies biotopo rocoso 17 N° especies biotopo perforador de madera 1 Total de especies 31 33 BIVALVA GASTRÓPODA Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 en este sector fueron muy escasos no solo por la reducida muestra, sino también dada la naturaleza en la ocupación del sitio. La cerámica Los fragmentos cerámicos hallados en asociación con la subfase José Olaya 1, indican una coexistencia de ollas sin cuello ligeramente evertidas, similares a las registradas en Gramalote, así como un creciente número de vasijas sin cuello en- trantes (típica olla sin cuello con labios inclinados hacia el interior de la boca de la vasija). También se observa un patrón más recurrente de ollas sin cuello deco- radas, especialmente en la zona debajo de los labios de las vasijas (figura 9-7). La decoración más común es de líneas incisas muy finas formando triángulos con lí- neas incisas en su interior (inciso zonal) (figura 9-3). En un caso hemos observado decoración punteada debajo del labio, siguiendo el borde de la vasija (figura 9-6). Algunos fragmentos muestran que el labio mismo estuvo inciso, mientras que en otros casos el inciso está en la zona lateral del labio (figuras 9-1, 9-2 y 9-7). Tam- bién se ha observado decoración de vasijas domésticas con pintura grafitada, pero no delimitada por incisiones, como se reporta para vasijas finas en Caballo Muerto (figura 9-12). En el caso de Huanchaco se trata de diseños geométricos pintados directamente sobre engobes rojos o directamente sobre la pasta de la vasija. La pintura grafitada es claramente precocción. También hemos registrado pintura precocción roja aplicada debajo del labio para el caso de una olla sin cuello y en la parte interna de un cuenco, también debajo del labio (figura 9-5). En el caso de las vasijas finas estas corresponden principalmente a botellas y cuencos (figura 10). Las botellas fueron principalmente de pasta gris y de cuerpo globular. No hemos encontrado las asa-estribo de las botellas, pero se asume que esa fue la forma. Solo hemos registrado los golletes biselados, aunque fueron muy escasos. Los cuerpos de las botellas fueron decorados con incisiones muy delga- das, hechas cuando la pasta ya estuvo seca, aunque en algunas ocasiones pareciera que se hicieron después de la cocción. Los diseños van de incisiones zonales con diseños triangulares a complejos elementos iconográficos que grafican cabezas antropomorfas con ojos excéntricos (figuras 10-2, 10-3, 10-10 y 10-11). También hay un caso de inciso tipo achurado. Llama la atención la cantidad y diversidad de cuencos, los mismos que poseen paredes evertidas, rectas y de cuerpos globulares. La decoración en estos cuencos es principalmente externa, mostrando incisiones anchas con diseños que no se han podido definir, mientras que las incisiones del- gadas presentan achurados y triángulos en zig-zag delimitados por líneas parale- las incisas en dirección diagonal. También hemos registrado “peinados” (“com- bing” sensu Burger, 1984) y otras con diseños complejos de personajes zoomorfos 34 y antropomorfos en perfil (figuras 10-1, 10-4, 10-5, 10-7, 10-8 y 10-10). Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Figura 9 Figura 10 35 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Tabla 5 CLASE TAXA BIOTIPO NISP % NMI % A R Fissurella peruviana x 26 0.6 26 1.3 Fissurella maxima x 4 0.1 4 0.2 Fissurella latimarginata x 20 0.5 20 1 Tegula euryomphala x 2 0.05 2 0.1 Tegula atra x 446 10.6 446 22 Tegula tridentata x 8 0.2 8 0.4 Prisogaster niger x 228 5.4 228 11.2 Crepipatella dilatata x 6 0.1 6 0.3 Sinum cymba x 1 0.02 1 0.05 Polinices uber x 10 0.2 10 0.5 Xanthochorus buxea x 22 0.5 22 1.1 Stramonita chocolata x 44 1 42 2.1 Stramonita haemastoma x 74 1.8 74 3.6 Nassarius dentifer x 28 0.7 28 1.4 Mitra orientalis x 6 0.1 6 0.3 Choromytilus chorus x 25 0.6 13 0.6 Semimytilus algosus x 10 0.2 7 0.3 Spisula adamsi x 4 0.1 4 0.2 Mesodesma donacium x 1 0.02 1 0.05 Protothaca thaca x 403 9.6 229 11.3 Eurhomalea rufa x 56 1.3 38 1.9 Donax obesulus x 1475 35.1 791 39 Semele sp. x 21 0.5 20 1 Tagelus dombeii x 6 0.1 4 0.2 Balanus sp. x x 16 0.4 - - CRUSTÀCEA Platyxanthus orbignyi x 62 1.5 - - Cancer setosus x x 2 0.05 - - ECHINOIDEA Tetrapygus niger x x 1201 28.5 - - TOTAL 4207 100 2030 100 N° especies biotopo arenoso 15 N° especies biotopo rocoso 16 Total de especies 31 36 BIVALVA GASTRÓPODA Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... La subfase José Olaya 2 (800-600 a.C.) Esta subfase no presenta contextos funerarios, pero si hemos podido obtener seis fechados AMS tomados de contextos seguros en las Área 28 (RC7), Área 27 (RC5), Áreas 14 (C5) y Área 13 (RC4) (YU-13228, YU-13225, YU-13221, YU-13220, YU-13153 y YU-13154, tablas 2 y 3). Como se puede ver en las tablas 2 y 3, y aun- que estos fechados están notoriamente afectados por el efecto de la Meseta de Hallstatt, su ubicación estratigráfica con relación a los otros fechados disponibles permite asumir que los resultados son acordes con el rango de 800-600 calibrado a.C. En el área 28 se hallaron algunas quemas asociadas a material malacológico y material disperso en los rellenos, mientras que en las áreas 13 y 14 es donde se registró la mayor cantidad de evidencia ocupacional asociada a esta subfase. Sobre las capas 6 y su relleno de capa 5, en ambas áreas se encontró una nueva superficie ocupacional que denominamos Capa 5 (C5) y su relleno ocupacional, re- lleno de capa 4 (RC4). En el área 13 se registraron algunos fogones y cerca de ellos hallamos fragmentos de cerámica y restos de mamíferos y aves marinas, así como pocos restos de peces. En contraste, lo que abundó nuevamente fueron los restos malacológicos (NISP= 4207; NMI= 2030). El resultado del análisis de estos restos indica un cambio notable: el Tetrapigus niger (erizo) alcanza el 28%, superando a cualquier tipo de gasterópodo. Si bien es cierto el número de espinas registradas puede estar jugando un factor en los porcentajes, es evidente que su consumo se incrementó notablemente en esta subfase. La tendencia en la sufase 2 es similar a la subfase José Olaya 1, con el dominio de Tegula y Prisogaster, pero se observa un aumento en la presencia de Stramonita en relación con la subfase anterior (tabla 5). Donde se ven otros cambios más marcados es en los bivalvos, pues el consumo de Donax desciende de 52% en la subfase José Olaya 1, a 35% en la subfase José Olaya 2. Esto se debe a que hay un notorio aumento en el consumo de Protothaca thaca, la cual llega casi al 10% del total, así como un aumento en el consumo de Eurhomalea rufa y un significativo incremento de Choromytilus chorus con relación a la subfase anterior, aunque aún sus porcentajes son mínimos con relación al total de espe- cies consumidas (tabla 5). En el sector oeste de las áreas 13 y 14 se notaron algunos muros hechos con piedras de playa y un piso de barro de color amarillo, pero por estar muy cerca al límite del área no se pudo excavar más. La presencia de estos muros, al igual que los observados para la subfase precedente en el Área 28, re- fuerza la idea que la ocupación doméstica debe estar en el sector oeste del sitio. La Cerámica En cuanto a la cerámica doméstica, continua el mismo patrón de formas y deco- ración observado en la subfase precedente: ollas sin cuello ligeramente evertidas y una creciente predominancia de ollas sin cuello entrantes, en algunos casos con reborde interno (figura 11). Se notaron también algunas ollas sin cuello entrantes 37 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Figura 11 con labio plano, algo que no se observó en la subfase precedente. En cuanto a la decoración, continúan las incisiones zonales (figuras 12-13, 12-21, 12-26 y 12-30), punteados (figuras 12-2 y 12-5), y en menor medida, los diseños con pintura gra- fitada (sin incisión zonal) (figuras 12-4, 12-19 y 12-20). Del mismo modo, se siguen observando las incisiones sobre los labios (figuras 12-11, 12-14, 12-16, 12-17, 12- 18, 12-23 y 12-32), notándose un ligero incremento en vasijas con labio reforzado hacia afuera, algo que no se observa en la subfase anterior. También se registra- ron algunos fragmentos con decoración de pintura blanca precocción en forma de bandas paralelas verticales, aunque esto último puede ser el resultado de intrusio- nes de capas más tardías asociadas a Salinar (parte más tardía del Horizonte Tem- prano tardío). Finalmente, al igual que en la subfase anterior, se registró un solo caso de engobe rojo en una vasija doméstica (olla sin cuello) (figura 12-3). Cabe precisar que a nivel de fragmentos domésticos se observa un ligero incremento en la presencia de cuencos, lo cual para la fase precedente son más populares en vasijas finas y no en las domésticas (figura 12). En cuanto a la cerámica decorada, nuevamente las botellas y los cuencos son los más comunes, pero con una predominancia de botellas sobre los cuencos (figura 13). Las botellas asa estribo parecen haber sido no trapezoidales sino cilíndricas y redondeadas (figura 13-3). El 99% de las pastas son grises finos o pastas rojas cubiertas con una fina y muy bien pulida superficie negra. Quizá el fragmento más emblemático hallado hasta la fecha corresponde a un diseño en altorrelieve representando una boca felínica en perfil que tiene un pico de ave rapaz (figura 13-13). Este es un diseño con típica iconografía Chavín; sin embargo, los estudios 38 petrográficos muestran que las arcillas y desgrasantes utilizados son netamente Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Figura 12 costeños (ver más abajo sección en petrografía). Es decir, es notorio que ya había una influencia de la ideología de Chavín de Huántar en las poblaciones locales, y por ello, la producción local de botellas con esa iconografía se vio influenciada por esas temáticas. Otros fragmentos muestran decoración modelada y aplicada tridi- mensional como pequeñaas escamas incisas (figura 13-6) y otros tipo "nubbins" punteados con espina de cactus (figura 13-9). Se han registrado incisiones hechas cuando la pasta estaba aún húmeda, de un ancho intermedio entre la conocida “broad line incision” (figuras 13-4, 13-7 y 13-14) y las delgadas “fine line inci- sions”, aunque predominan las incisiones finas (figuras 13-5, 13-8, 13-11 y 13-12). Se ha registrado algunos fragmentos (aunque posiblemente de la misma vasija) con “rocker stamping zonal”, definido por incisiones y en el medio con aplicacio- nes pulidas de elementos ovalados (figuras 13-1 y 13-7). También se han registra- 39 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Figura 13 do aplicaciones con incisiones muy delgadas hechas posiblemente con espinas de cactus. Dos fragmentos mostraron decoración con incisiones cuando la pasta estu- vo muy seca o, posiblemente, después que la pieza ya había sido quemada (figuras 13-10 y 13-16). Uno de los fragmentos tenía diseños complejos cuyas líneas incisas presentaron pintura roja post-coccion, aunque esto último más parece el resulta- do de uso que una intención de rellenar las líneas incisas con pigmento rojo. En el caso de los cuencos, uno estuvo decorado con engobe grafitado tanto en el exterior como en el interior y en la parte externa presentó como decoración líneas incisas muy finas de forma paralela en un patrón horizontal a la abertura de la vasija. Al menos dos cuencos decorados con engobe grafitado tuvieron en su ex- terior círculos concéntricos que parecen haber sido incisos cuando la pasta estaba 40 aún húmeda (figuras 13-8 y 13-14). Otro cuenco de labio biselado y pared recta Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... tenía decoración externa con líneas incisas formando diseños geométricos (figura 13-11), mientras que otro de pasta roja tuvo labio biselado decorado con pintura roja y las paredes presentaron una decoración tipo “peinado” (“combing”) (figura 13-15). Se ha notado que muchos de los fragmentos registrados, sobre todo aquellos de las vasijas finas, corresponden a vasijas que, al parecer, fueron intencionalmente rotas y sus fragmentos depositados exprofesamente dentro y alrededor de fogo- nes y otros rasgos registrados principalmente en las Áreas 13 y 14. La subfase José Olaya 3 (600-400 a.C.) Esta subfase marca el fin de la parte temprana del Horizonte Temprano en Huanchaco. Contamos con cuatro fechados AMS que dan un rango de fechas entre el 600 y el 400 a.C. (YU-13231, YU-13230, YU-13229 y YU-13222, tablas 2 y 3). Estos fechados se han tomado de la Capa 4 (C4) del Área 13 y un fechado de la Capa 5 (C5) del Área 15. Debe precisarse que el área 15 solo presentó una ocupación que fue la subfase José Olaya 3, a lo que debe sumarse que la Capa 5 estuvo estratigráfica- mente más arriba que sus similares en otras áreas. Esto se corrobora no solo por los fechados absolutos obtenidos de esta área, sino también por la ausencia de ma- terial cerámico de las subfases José Olaya 1 y José Olaya 2. Dado que estratigráfi- camente los contextos de los que fueron tomados estos fechados estuvieron sobre las capas de la subfase precedente, argumentamos que el estimado de fechas entre 600-400 a.C. es consistente con nuestra secuencia. Asimismo, se puede ver que los rangos son ligeramente más tardíos. Sobre todo, porque sobre las capas que esta- mos asociando a la subfase José Olaya 3, se posicionó una ocupación Salinar con una cultura material (específicamente cerámica) muy diferente de las observadas en las tres subfases aquí presentadas. Más importante, los fechados asociados a las capas tardías sobre las capas asociadas a la subfase José Olaya 3, marcan fechas absolutas con rangos entre 400 al 200 a.C. (YU-13224 y YU-13223, ver tabla 2). Las superficies ocupacionales de esta subfase se hallaron principalmente en el Área 13 y en el Área 15, donde se pudo advertir una concentración de que- mas u hoyos rellenos con carbón y abundante material malacológico. Es en estos rasgos y en el relleno depositado encima que hallamos los fragmentos de cerámica que vamos a discutir más adelante. En el caso de los restos malacológicos se obser- va la misma tendencia que en las dos subfases precedentes, con la notable diferen- cia que el Tetrapigus niger (erizo), constituye el 71% de los restos presentes en los depósitos, superando a la Donax que solo alcanza el 17.3%. Los gasterópodos como Tegula y Prisogaster apenas superan el 5% combinados, mientras que los bivalvos como Protothaca thaca y Eurhomalea rufa son porcentualmente insignificantes. El Choromytilus chorus desaparece por completo, al igual que la Semele (tabla 6). Si es- 41 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Tabla 6 CLASE TAXA BIOTIPO NISP % NMI % A R L Fissurella peruviana x 17 0.6 17 3.1 Fissurella latimarginata x 1 0.03 1 0.2 Tegula euryomphala x 2 0.1 2 0.4 Tegula atra x 94 3.2 94 17.1 Prisogaster niger x 73 2.5 73 13.3 Turritella sp. x 1 0.03 1 0.2 Crepipatella dilatata x 3 0.1 3 0.5 Sinum cymba x 1 0.03 1 0.2 Polinices uber x 1 0.03 1 0.2 Xanthochorus buxea x 16 0.5 16 2.9 Stramonita chocolata x 5 0.2 5 0.9 Stramonita haemastoma x 23 0.8 22 4 Nassarius dentifer x 15 0.5 15 2.7 Scutalus sp. x 2 0.1 2 0.4 Mesodesma donacium x 2 0.1 2 0.4 Protothaca thaca x 17 0.6 14 2.5 Eurhomalea rufa x 1 0.03 1 0.2 Donax obesulus x 512 17.3 273 49.6 Semele sp. x 1 0.03 1 0.2 Tagelus dombeii x 13 0.4 6 1.1 Balanus sp. x x 1 0.03 - - CRUSTÀCEA Platyxanthus orbignyi x 31 1 - - ECHINOIDEA Tetrapygus niger x x 2132 71.9 - - TOTAL 2964 100 550 100 N° especies biotopo arenoso 13 N° especies biotopo rocoso 11 N° especies biotopo lomas 1 Total de especies 25 42 BIVALVA GASTRÓPODA Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... tas tendencias observadas en la muestra recuperada de estas capas ocupacionales representan lo que fue la distribución de recursos malacológicos en el mar, enton- ces podríamos argumentar que aquí se observa un marcado cambio en el consumo de recursos marinos en el sitio y acaso un posible evento de crisis climática, donde los infaltables Donax, Tegula y Prisogaster virtualmente desaparecen del repertorio malacológico y solo predomina el Tetrapigus niger (erizo). Prieto (datos aun no pu- blicados) ha notado que tras fuertes eventos ENSO, en las playas de Huanchaco los fondos rocosos comienzan primero a recuperarse con grandes colonias de erizos, los que se alimentan de otros caracoles como Tegula y Prisogaster, desplazando a estas últimas especies y desapareciéndolas casi por completo. Adicionalmente, debe considerarse el hecho que durante la subfase José Olaya 3, pudo haber un notable cambio en el consumo de recursos marinos definido por prácticas sociales y culturales que aún no entendemos en su totalidad. La Cerámica En el caso de la cerámica doméstica predominan las ollas sin cuello, pero en este caso son dominantes las entrantes, quedando casi virtualmente inexistentes las ollas sin cuello ligeramente evertidas que fueron comunes en Huanchaco des- de el periodo Inicial Temprano (Prieto et al. 2019) (figura 14). Algunas pocas mues- tran refuerzo interno, mientras que los labios planos son menos comunes. Aunque todavía existen algunas, las incisiones en los labios son también menos frecuentes (figuras 15-16 y 15-20). En cuanto a la decoración se observa en menor medida las incisiones zonales (figuras 15-3, 15-13, 15-18, 15-22, 15-26 y 15-27), puntuación (figuras 15-19 y 15-21) o simples incisiones tipo cuña alrededor de la boca de la vasija y debajo del labio (figura 15-23). En un solo caso hallamos un fragmento con pintura de grafito formando un diseño de un círculo (figura 15-2). Al pare- cer, durante esta fase los diseños con pintura grafitada ya no son tan comunes. Lo que aparece súbitamente y sobre todo la cerámica doméstica, es la presencia de círculos concéntricos y círculos con punto central. En su mayoría son incisos (figura 15-6), aunque no se descarta tras un estudio más exhaustivo, determinar si se tratan de estampados (posiblemente los fragmentos de figuras 15-9, 15-10, 15-14 y 15-15). Cabe anotar que todos salvo un caso se aplicaron sobre pastas de color rojo-anaranjado, mientras que solo uno fue hecho en una pasta gris de tipo doméstico Tambien se observó algunos pocos fragmentos con engobe blanco y pintura blanca precoccion (figuras 15-12 y 15-25; 15-24 y 15-28). En el caso de la cerámica fina continua la tendencia de botellas con asa estribo y golletes cilíndricos o redondeados (figuras 16-3 y 16-15), pero parece haber un cambio en la forma de los golletes. En la subfase previa se notaban golletes bisela- dos amplios, mientras que, para esta subfase, van a predominar golletes cilíndri- cos más pequeños, pero con rebordes de labio muy pronunciados, lo que parece 43 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Figura 14 reemplazar los golletes biselados y amplios de la subfase previa (figura 16-15). En las capas de José Olaya 3 continúa la tendencia de botellas y cuencos decorados con incisiones, aunque estas últimas son generalmente anchas (figuras 16-6, 16-8, 16-9, 16-12 y 16-14), quedando muy pocas de las incisiones finas y las hechas posi- blemente cuando la pasta ya estaba seca o cocida (figuras 16-3 y 16-11). También hallamos un solo fragmento que no parece local y más bien parecería provenir de la sierra. Se trata de parte de un cuerpo escultórico, el cual presenta engobe cre- ma con pintura roja precocción y líneas incisas decoradas con pintura de grafito (figura 16-8). Otro fragmento inusual fue el borde de una olla sin cuello, que por su singularidad hemos decidido describirla en esta sección y no en la sección de las vasijas domésticas. Se trata de una olla sin cuello con decoración con pintura precocción de dos líneas delgadas de pintura negra, posiblemente grafito que de- limitan una banda vertical de color blanco (figura 16-16). Otro fragmento perte- nece a una botella de pasta roja, la cual fue decorada con profundas incisiones que parecen definir colmillos los cuales están pintados con pintura blanca precocción 44 (figura 16-17). Una pieza similar, pero con incisiones menos profundas combina Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Figura 15 diseños incisos pintados de color blanco mientras que otros están pintados con pintura negra, posiblemente grafito (figura 16-18). En el caso de los cuencos, des- tacan que todos fueron hechos con pasta gris fina la cual fue engobada con grafito, dándole una excepcional brillantez a las piezas (figuras 16-1, 16-4, 16-12, 16-13 y 16-14). La decoración es exclusivamente en el exterior de las vasijas con diseños incisos que van de simples “U” invertidas (posible estampado, figura 16-1) a es- pirales simulando olas marinas (figura 16-14). Uno de los casos más complejos (y finos) se trata de un cuenco de paredes verticales o rectas, el cual presenta un alto grado de brillantez por el grafito y decoración incisa que parecería representar 45 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Figura 16 parte de la cabeza de un personaje (de la cual se ve su oreja) y que porta un tocado a manera apéndices verticales paralelos. Esta pieza guarda también muchas seme- janzas con la iconografía observada en Chavín de Huántar (figura 16-12). RESULTADOS PRELIMINARES DEL ESTUDIO PETROGRÁFICO DE LAS SUBFASES JOSÉ OLAYA 1 Y JOSÉ OLAYA 2 Nuestros estudios no se han limitado al análisis morfológico y decorativo de las vasijas de cerámica, sino que nos hemos esforzado en estudiar su composición petrográfica, al menos de los fragmentos asociados a las subfases José Olaya 1 y 2, 46 mientras que los de la subfase José Olaya 3 se encuentran en proceso de análisis. Este tipo de análisis mineral para la cerámica es común para el área andina y con- Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... siste en identificar las inclusiones y los componentes minerales y fragmentos de roca en una lámina delgada con un microscopio petrográfico con luz polarizada transmitida (Druc y Velde, 2021). Esta metodología da información acerca de la tecnología de producción (e.g. tamaño, tipo y cantidad de las inclusiones, posible desgrasante) y procedencia geológica de los materiales. No permite identificar los minerales de la arcilla (si se trata de illita, montmorillonita, esmectita, etc.) pero se llega, sin embargo, a poder diferenciar la presencia de diferentes arcillas, tex- turas de la matriz arcillosa, así como el carácter de las partículas no plásticas en la pasta. Las muestras luego se organizan en grupos con las mismas características minerales, granulométricas (tamaño de las inclusiones) y de textura, formando “petrogrupos”. No vamos a ampliar en la metodología empleada dado que será motivo de otra publicación, por lo que nos hemos remitido a la información esen- cial en esta sección. El análisis petrográfico de la cerámica de las subfases José Olaya 1 y José Olaya 2 fue realizado sobre 42 muestras conformadas por fragmentos de vasijas finas y va- sijas domésticas (ver asociación contextual en tabla 7). Los resultados permitieron identificar varias recetas de producción cerámica, hechas con material de fuen- tes de arcilla y de temperantes que podían encontrarse en la región circundante. Este último punto se basa en la comparación entre la composición mineral de las pastas y la geología local. A veces se nota una preparación de una arcilla, como su decantación para obtener un material más fino, mientras que la misma arcilla puede también ser cernida o utilizada sin refinarla. Esto se observa, por ejemplo, en el petrogrupo D y sus subgrupos (ver más abajo). En general, se estima que hay entre 30 y 40 % de inclusiones en las pastas, hasta 50% en ciertos casos, o al contra- rio mucho menos si la pasta es decantada o los materiales cernidos. También hay pastas oxidadas, incompletamente oxidadas y reducidas, lo cual denota regímenes y atmósferas de cocción diferentes. Estos son los petrogrupos identificados en la muestra analizada (ver figura 17): PG CU-A: Pasta con desgrasante de material erosionado de los cuerpos intru- sivos del Batolito de la costa con gruesos fragmentos de roca granítica, grano- diorítica, diorítica y–o tonalita, arcilla micácea ferruginosa, rica en limo. Pasta incompletamente oxidada. PG CU-B: Pasta rica en cuarzos, limo, arena con componentes provenientes de roca intrusiva similar a CU-A pero con eliminación de las fracciones medianas y gruesas (control granulométrico), pasta fina, pasta reducida (cocción reductora) o incompletamente oxidada. PG CU-C: Pasta de composición mixta, arena gruesa de litoral, carbonatos, ma- terial orgánico, ferruginoso, medio limo. 47 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Figura 17 PG CU-D: Arcilla micácea ferruginosa con inclusiones naturales de origen se- dimentaria, y ocasionales fragmentos de rocas volcánica e intrusiva, pasta fina. CU-D1 arcilla decantada, CU-D2 arcilla natural. PG CU-E: Arcilla ferruginosa con inclusiones gruesas. Predominan los fragmen- tos de tonalita-granodiorita (rocas intrusivas). CU-E1: pasta con inclusiones gruesas. CU-E2: pasta con pocas inclusiones. CU-E3: pasta decantada. 48 Dos cerámicas no pudieron ser clasificadas en ningún grupo por tener pastas atípicas. Las formas dominantes en los grupos identificados son: Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Tabla 7 CODIGO SUBFASE # FC REFERENCIA GRÁFICA PETROGRUPO CU1 JOSE OLAYA 2 641-3 Figura 13-11 A CU2 JOSE OLAYA 2 634-3 D1 CU3 JOSE OLAYA 2 626-2A Figura 13-12 D1 CU4 JOSE OLAYA 1 809-5 Figura 10-3 C CU5 JOSE OLAYA 2 796-1 Figura 13-14 B CU6 JOSE OLAYA 1 812-13 B CU7 JOSE OLAYA 2 802-33 Figura 13-16 D2 CU8 JOSE OLAYA 2 630-1 Figura 13-13 D1 CU9 JOSE OLAYA 2 641-5 Figura 13-9 B CU10 JOSE OLAYA 2 655-5 Figura 13-10 D2 CU11 JOSE OLAYA 2 639-1 atìpico CU12 JOSE OLAYA 2 660-2 Figura 13-8 B CU13 JOSE OLAYA 2 647-1 Figura 13-3 D1 CU14 JOSE OLAYA 1 800-17 A CU15 JOSE OLAYA 1 816-34 Figura 10-2 D2 CU16 JOSE OLAYA 2 800-32 A CU17 JOSE OLAYA 2 628-27 Figura 13-7 D2 CU18 JOSE OLAYA 2 632-1 Figura 13-5 A CU19 JOSE OLAYA 2 626-2B Figura 13-6 E3 CU20 JOSE OLAYA 1 785-8 B CU21 JOSE OLAYA 1 415-47 atipico CU22 JOSE OLAYA 1 814-8 E2 CU23 JOSE OLAYA 1 816-7 A CU24 JOSE OLAYA 2 630-17 E2 CU25 JOSE OLAYA 2 638-1 Figura 12-19 A CU26 JOSE OLAYA 1 809-6 D2 CU27 JOSE OLAYA 2 650-1 E1 CU28 JOSE OLAYA 2 798-9 E1 CU29 JOSE OLAYA 1 785-6 E1 CU30 JOSE OLAYA 2 804-5 Figura 12-21 E1 CU31 JOSE OLAYA 2 650-5 Figura 12-20 A CU32 JOSE OLAYA 2 790-1 E1 CU33 JOSE OLAYA 1 817-3 A CU34 JOSE OLAYA 2 790-4 E1 CU35 JOSE OLAYA 2 796-4 Figura 13-15 E1 CU36 JOSE OLAYA 1 815-33 C CU37 JOSE OLAYA 2 803-24 Figura 12-28 C CU38 JOSE OLAYA 2 802-22 Figura 12-22 A 49 CU39 JOSE OLAYA 2 802-21 A CU40 JOSE OLAYA 1 785-4 E1 CU41 JOSE OLAYA 1 785-11 C CU43 JOSE OLAYA 1 814-14 E2 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 PG CU-A : cuenco, olla, cántaro; PG CU-B: sin determinación; PG CU-C: botella, olla, cántaro; PG CU-D: botella, cántaro; PG CU-E: mayoría olla, 1 taza. Si compara- mos las cerámicas que provienen de niveles relacionados a la subfase Jose Olaya 1 con las de la subbfase Jose Olaya 2, llegamos a la distribución en la tabla 8. Las diferentes prácticas de manufactura y el tipo de materias primas utilizadas para las 42 láminas de cerámica examinadas se ven tanto en la subfase José Olaya 1 (1000-800 BC) y la subfase José Olaya 2 (800-600 BC). Sin embargo, la práctica de decantación solo aparece en cerámicas de la subfase José Olaya 2. Además, la costumbre de agregar material rico en rocas intrusivas (granodiorita, tonalita), o sea de aprovisionarse al pie de cerros con este tipo de roca, más al interior, es mucho más común en la subfase José Olaya 2, aunque la práctica se inicia antes. Sin embargo, parece que las recetas y las áreas de recursos (fuentes de arcilla) son compartidas y que se explotan fuentes locales, cerca al litoral, como al interior del valle hasta los primeros montes del batolito, que afloran a unos 5 a 8 km de Huanchaco. Así mismo, hemos podido observar también que en los petrogrupos A, C y E solo hay vasijas domésticas, mientras que en los petrogrupos B y D predominan las vasijas finas. Esto indicaría tanto el uso de recetas distintas y de fuentes donde se aprovisionaban los alfareros. Por el acabado de las vasijas finas, parecerían ser producciones de alfareros especializados o que vendrían de otro lugar. De hecho, en el petrogrupo D, se distingue 4 subgrupos, lo que sugiere una manipulación o preparación de la materia prima, en ciertos casos utilizándola tal cual o, en otros casos, decantándola para lograr una arcilla muy fina y con pocas inclusiones, lo cual parece ser preferido para producir vasijas finas. La concentración de hierro en las arcillas decantadas es notable, lo que puede ser algo buscado por los alfare- ros, ya que puede servir como agente de fluxión para hacer bajar la temperatura de cocción. También, en una cocción reductora, el hierro pasa de estado oxidado ha reducido, lo cual favorece en la superficie colores oscuros que es predominante en nuestra muestra. El hierro reducido combinado con los minerales presentes en la pasta, en particular las arcillas, inicia un proceso de vitrificación a más baja temperatura que lo normal, lo cual puede dar un producto más resistente y con un acabado más fino (Druc y Velde, 2021, pp. 96, 118). Esto debe tomarse en cuenta puesto que el petrogrupo CU-B contiene vasijas finas y reducidas y el CU-D vasijas finas. DISCUSIÓN Los datos aquí presentados, muestran claramente la presencia de material ar- queológico y fechas absolutas que confirman la existencia de fases asociadas al 50 periodo Inicial Tardío y a la fase temprana del Horizonte Temprano en Huancha- Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Tabla 8 PGA PGB PGC PGD PGE ATÍPICOS D1 D2 E1 E2 E3 Jose Olaya 2 12 3 1 4 3 6 1 1 CU11 Jose Olaya 1 3 2 3 0 2 2 2 0 CU21 co. Los resultados AMS, si bien es cierto amplios por la influencia de la Meseta de Hallstatt, permiten estimar rangos de tiempo a intervalos de 200 años cada uno que se pueden ubicar cronológicamente, siguiendo el estricto orden en que fueron hallados en la excavación. Como hemos indicado en el texto y se puede observar en la tablas 2 y 3, hemos mantenido el orden estratigráfico de las muestras, con el objeto de poder evaluar su validez e interpretar sus fechas absolutas. Es evidente que hay una tendencia de fechas más tempranas a las tardías, lo que sigue la lógica de las capas ocupacionales identificadas, teniendo en cuenta que en Huanchaco seguimos la excavación de “capas” que son las superficies ocupacionales, mientras que los rellenos, como su nombre lo indica, son los materiales depositados sobre estas capas y que entendemos como la basura producida durante el tiempo de uso de la superficie ocupacional. Como en el caso de Huanchaco se trata de ocupacio- nes o secuencias estratigráficas formadas por actividades realizadas inmediata- mente en las cercanías, la confiabilidad de los materiales hallados en los rellenos sobre las capas ocupacionales es alta. Estas ocupaciones parecen corresponder bien con la secuencia cronológica planteada por Jason Nesbitt (2012) para el sitio de Caballo Muerto en el valle de Moche, mientras que la cerámica, aunque encaja en las descripciones de Nesbitt, la mayor diversidad observada en Huanchaco sugiere que el repertorio es más diverso que el planteamiento previo y posiblemente conforme avancen nuestras investigaciones, ira diversificándose aún más. Tal es el caso de fragmentos de ce- rámica doméstica con decoración de pintura grafitada sin la presencia de incisio- nes que definan los diseños, algo que Nesbitt no reporta, pero T. Pozorski registra para la Huaca Curaca (Pozorski, 1983, p. 17, figura 6, d-f). No obstante, debido a que esta es una investigación en curso, deberá enten- derse que los materiales aquí descritos, especialmente aquellos relacionados a la cerámica no son definitivos, y que, por el contrario, aun debemos tener un análisis más específico para definir grosores de pastas, porcentajes de formas y subtipos dentro de cada categoría, así como estudios analíticos de los engobes, pinturas y otros elementos utilizando microscopia electrónica de barrido y otras técnicas 51 como ablasión de láser. Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Por otro lado, hemos avanzado en tener nuevos datos relacionados al estudio petrográfico del material cerámico, lo que arroja importantes datos para entender la diversidad productiva (en base a las pastas) en las vasijas que analizamos. Aún falta definir, por ejemplo, las identidades tecnológicas de manufactura, con el fin de determinar si la variabilidad de estos petrogrupos también obedece a distintas tecnologías productivas. Pero también los datos petrográficos nos han permitido comparar con la tecnología y petrogrupos del periodo Inicial Temprano, puntual- mente de las vasijas de cerámica de Gramalote. Comparando la cerámica de Gra- malote con la cerámica del Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco, notamos diferencias mayores en varios puntos. En Gramalote vemos un solo tipo de receta con arcilla a la cual se agregaba un material grueso, detrítico de origen granítico y granodiorítico, aunque varias fuentes de material han podido ser utilizadas. Tanto la arena como el desgrasante no son de litoral, y este último proviene probablemente de sedimentos al pie de los cerros del batolito de costa. Tampoco refinaban su pasta y la mayoría de las vasijas Gramalote son ollas sin cuello (Druc y Prieto, ms). En la cerámica del pe- riodo Inicial Tardío y la parte temprana del Horizonte Temprano del Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco hemos visto que hay más variabilidad de pasta y de materiales, con una continuidad en el uso de ciertas fuentes de pie de monte del batolito, pero también el uso de otras áreas y con más proceso de los materiales, hasta tener grupos con una arcilla refinada y una cocción reductora, y producciones más diversificadas en forma y estilo decorativo. Nuestros datos actuales permiten definir que para el caso del Sector José Ola- ya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco, en la tecnología de elaborar las arcillas y mezclarlas, existen variedades entre las domesticas y finas, y más aún, dentro de las finas, parecería haber varias recetas. También hemos definido que existe una importante diferencia tecnológica en su procesamiento: la presencia de la decan- tación de las arcillas en las vasijas para la subfase José Olaya 2 (parte temprana del Horizonte Temprano) y que no se observa en la subfase precedente (José Olaya 1). Estos datos deberán ampliarse conforme vayamos recibiendo más análisis en curso. En cuanto al estudio comparativo del estilo decorativo y morfológico de los fragmentos de cerámica analizados y presentes en las subfases definidas, hay im- portantes paralelos que deben hacerse. Es necesario establecer comparaciones con otros asentamientos contemporáneos a fin de conocer similitudes y diferencias en cuanto a la cerámica identificada en sitios como Puemape, Collud – Zarpán, Valle de Nepeña, Kuntur Wasi y Chavín de Huántar, sobre todo porque se ha planteado que, durante estos periodos, se incrementa la interacción regional. La cerámica es uno de los mejores elementos conocidos para establecer estas relaciones, por lo 52 que una breve revisión es necesaria. Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Comparación de fragmentos hallados en la subfase José Olaya 1 (1000 a.C.- 800 a.C.) El conjunto de cerámica decorada de la primera fase se caracteriza por ser una cerámica monocroma de color negro y gris, decorada principalmente por inci- siones poco profundas, se tratan de cuerpos decorados provenientes de botellas y cuencos. Solo hemos identificado un fragmento de color rojizo con pintura os- cura en su superficie, enmarcada en incisiones, así como fragmentos que podrían representar algún tipo de ser antropomorfo. Con respecto a esto último hemos podido identificar dos fragmentos que parecen representar un personaje con ojos excéntricos. Las investigaciones de Ignacio Alva en Collud –Zarpán, han identi- ficado este tipo de representaciones en vasijas que denomina Collud Temprano, de igual manera ilustra un fragmento idéntico al fragmento de vasija con pintura identificada por nosotros (Alva, 2013, p. 213, figs. 321 y 323), aunque la fase Collud Temprano esta propuesta entre el 1500 a.C. al 1000 a.C. y la fase Collud Medio esta propuesta entre el 1000 a.C. al 800 a.C. (Alva, 2013, p. 214). Lamentablemente, de esta fase el autor solo presenta dos vasijas las cuales no nos permiten establecer una comparación. Las excavaciones de Carlos Elera en Puémape han identificado una ocupación Cupisnique importante en el litoral del valle de Jequetepeque. La ocupación Puémape Tardío es la que estaría asociada a esta fase de Huanchaco, es decir, la Fase Cupisnique Medio Tardío de Elera (1998, p. 467). Elera ilustra para esta fase cuencos decorados, con incisiones verticales poco profundas, idénticas a las identificadas por nosotros en Huanchaco en fragmentos que aparentemente también pudieron haber pertenecido a cuencos (Elera, 1998, pp. 614–619). En el valle de Nepeña, se ha propuesto a la fase Cerro Blanco entre los 1100 a.C. – 800 a.C. (Shibata, 2011, p. 116). Si uno observa detenidamente las imágenes de la Fase Cerro Blanco, estas suelen ser botellas y cuencos similares en la decoración incisa ya sea de línea fina o de incisiones poco profundas a las identificadas en Huanchaco para esta fase (Shibata, 2011, p. 122, figura 9; Ikehara y Shibata, 2005, pp. 132-144). El famoso sitio de Kuntur Wasi, ampliamente investigado por la mi- sión japonesa, ha permitido establecer una cronología fina para el asentamiento. Para el caso que nos compete la fase Ídolo comprendida entre el 950 a.C. – 800 a.C. (Inokuchi, 2008; Onuki e Inokuchi, 2011); muestra similitudes entre las decoracio- nes de fragmentos monocromos de color gris identificadas en Huanchaco, con las de Kuntur Wasi (Onuki e Inokuchi, 2011), aunque nosotros en nuestras excavacio- nes no hemos identificado vasijas con pintura post cocción como ellos han identi- ficado para esta fase en dicho sitio, no obstante este tipo de decoraciones son más frecuentes en la fase Kuntur Wasi (800 a.C. -550 a.C.). Otro sitio ampliamente cono- cido es el asentamiento de Chavín de Huántar. Hemos identificado un fragmento que presenta aplicaciones “modeladas” e incisiones, similares a las decoraciones 53 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 de botella identificadas por Burger en Chavín de Huántar (1998, p. 68, fig. 133, 134, 135)4. Por otro lado, si se observa a detalle las láminas mostradas por Christian Me- sía, en sus excavaciones del Sector Wacheqsa, él encuentra también fragmentos de este tipo, así como el tipo de incisiones en vasijas monocromas (2007, pp. 268- 271); aunque para Mesía la fase Urabarriu estaría ubicada entre 1200 a.C. al 800 a.C., para Richard Burger esta fase se ubica entre el 950 – 800 a.C. (Burger 2019), lo cual guarda más sentido con los hallazgos realizados para la subfase José Olaya 1 de Huanchaco. Comparación de fragmentos hallados en la subfase José Olaya 2 (800 a.C.-600 a.C.) y la subfase José Olaya 3 (600 a.C. – 400 a.C.) En esta fase a diferencia de la anterior, si bien se mantiene la tendencia en las incisiones como principal elemento decorativo de las vasijas, no obstante, en esta fase aparecen fragmentos con incisiones finas sobre fragmentos pulidos fina- mente, los cuales son frotados con pigmento rojo, círculos concéntricos, diseños complejos sobre cerámica monocroma bien pulida, cerámica rojiza grafitada y un fragmento inciso con engobe blanco. Estos diseños parecen mantenerse en la si- guiente subfase (José Olaya 3). Las subfases José Olaya 2 y 3 son contemporáneas a la fase Collud Tardío (800 a.C. – 400 a.C.) de Lambayeque, y muestra cierta simi- litud a las vasijas de Huanchaco, aunque los círculos concéntricos ya aparecen durante Collud Medio (1500 a.C. – 800 a.C.). Otra similitud identificada fueron los diseños complejos, de posibles personajes zoomorfos o antropomorfos en la fase Collud Tardío (Alva, 2013, pp. 214–216). Para el valle de Nepeña, nuestras fases son contemporáneas con la que los investigadores de dicho valle han identificado como Fase Nepeña (800 a.C. – 450 a.C.). En esta fase destacan los grafitados y los fragmentos decorados del tipo “rocker stamping”, aparecen círculos concéntricos y aumenta la frecuencia de materiales cerámicos (Shibata, 2011, p. 124, fig.12). En el sitio de Kuntur Wasi, es en esta época en que aparecen los grandes cambios y aumentan elementos costeños (Onuki, 2001). La fase Kuntur Wasi (800 a.C.-550 a.C.), presenta vasijas monocromas bien pulidas con incisiones y diseños comple- jos, muy similares a los identificados por nosotros (Inokuchi, 1998, pp. 163–167), no obstante, mucho de los diseños identificados por nosotros en la subfase José Olaya 1, especialmente en las incisiones sobre fragmentos monocromos, negros y grises, recién aparecen en la fase Kuntur Wasi. En Chavín de Huantár, nuestras fases coincidirían con lo que Burger denomina fase Chakinani (800 a.C.- 700 a.C.) [subfase José Olaya 2, 800-600 a.C.] y fase Janabarriu (700 a.C. – 400 a.C.) [subfase José Olaya 3, 600-400 a.C.] (Burger 2019). Queda claro que para la arqueología andi- na la enorme influencia que pudo haber ejercido Chavín de Huántar en los Andes 54 4 Este tipo de decoraciones suele ser muy extendida en los sitios del valle de Nepeña (véase Ikehara 2003, Ikehara y Shibata 2005), también se identifican más al sur en el sitio de Las Aldas (Arrelucea 2022: 166). Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Centrales, a partir del 800/700 a.C., se muestra en varios sitios de la costa y sierra de los Andes centrales. Las muestras de cerámica Janabarriu de Richard Burger, son similares en diseños a las nuestras, en especial en la aparición de círculos concéntricos (1998, pp. 424-426) observados en la subfase José Olaya 3 de Huan- chaco. Christian Mesía ilustra para la fase Janabarriu de la ocupación en el sector Wacheqsa de Chavín de Huántar, fragmentos con el mismo estilo (Mesia, 2007, pp. 209, 217, 218). De lo expuesto en todo esta parte del texto podemos deducir una importante diversidad cerámica en Huanchaco cuando se compara con otros sitios contempo- ráneos, mientras estilos decorativos que aparecen tempranamente en Huanchaco, suelen aparecer tardíamente en sitios como Kuntur Wasi o Chavín, coincidiendo con la época de gran apogeo de estos asentamientos y que sugeriría las conexiones a nivel ideológico y económico durante el dinámico proceso del Horizonte Tem- prano. Los pescadores de Huanchaco durante el periodo Inicial Tardío y la parte tem- prana del Horizonte Temprano En algún momento entre el 1200-1100/1000 a.C. los pobladores de Gramalote abandonan su pueblo y deciden fundar uno nuevo cerca de la ensenada de Huan- chaco, a unos 2.5 km al norte de Gramalote (figura 2). Es posible que este cambio haya estado motivado por transformaciones en el fondo marino ocasionado por fenómenos ENSO que pudieron haber desaparecido o hecho menos frecuentes es- pecies que eran parte de su dieta diaria, como tiburones de la familia carchar- hinidae, rayas (Myliobatis peruvianus) y otros peces de la familia Sciaenidae como corvinas (Cilus gilberti) y robalos (Robaloscion wieneri). Al mismo tiempo parecen desaparecer el Choromytilus chorus y la Semele sp, dos bivalvos que fueron fuerte- mente explotados durante el periodo Inicial Temprano en la costa de Huanchaco (Prieto 2021a). En contraste, los grandes peces (tiburones, rayas, corvinas, roba- los) van a ser reemplazados por especies como la anchoveta (Engraulis ringens), sardina (Sardinops sagax sagax), bagre (Galeichthys peruvianus) y pequeñas especies de Sciaenidae como suco (Paralonchurus peruanus) y lorna (Sciaena deliciosa). Aunque esta información proviene de contextos no-domésticos, el hecho que en Gramalo- te no haya mayor distinción en el consumo de especies entre la zona ceremonial y doméstica del sitio, podría argumentarse que ha sido algo similar para el caso del Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco. Eso se ve materializa- do en los resultados discutidos sobre datos cuantitativos obtenidos del análisis de los moluscos. Si tomamos en consideración la idea que el cambio de Gramalote hacia Iglesia Colonial se debe a estar más cerca de la zona donde se puede salir a pescar con mayor facilidad en balsas de totora, entonces es posible que este he- 55 cho se haya dado debido a que los pescadores tuvieron que buscar zonas de pesca Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 aun dentro del área demersal, pero más alejadas de la costa. Del mismo modo, es posible que las zonas de pesca hayan sido más propicias en los alrededores de la ensenada de Huanchaco. Por lo tanto, es posible que fenómenos ENSO más recu- rrentes entre el 1200/1100 – 1000 a.C., tal como lo ha sugerido Daniel Sandweiss y su equipo de investigación, hayan generado una afectación de los recursos ma- rinos en Huanchaco, propiciando una reingeniería en las estrategias de pesca y subsistencia entre los pescadores locales, lo que motivó al cambio de ubicación de su asentamiento, con el objetivo de facilitar sus actividades cotidianas de pesca. Al respecto, es interesante el aumento de uso de Donax sp y erizos en las subfases Jose Olaya 2 y 3, en relación a la más temprana, así como algunos indicadores muy tenues que hacia el 800-600 cal BC (Jose Olaya 2), pareciera haber habido un débil recuperamiento de especies marinas como la Prothothaca thaca y, en menor medi- da, el Choromytilus chorus. Al parecer, los próximos siglos hasta la conquista espa- ñola no parecen haber ocurrido cambios similares, lo que propició una ocupación continua en la zona hasta el día de hoy. Sin embargo, a un nivel local, es posible que el abandono de Gramalote y la fundación del nuevo pueblo en Huanchaco, haya llevado a cambios estructurales al interior de esta comunidad. Por ejemplo, no hay evidencia de un templo local, como si se observó en Gramalote, por lo que es posible que hayan pasado a depen- der en sus actividades ceremoniales de las actividades realizadas en los templos de Caballo Muerto u otros contemporáneos como Huaca Sacachique o Huaca de los Chinos en el valle bajo y medio de Moche, respectivamente. Posiblemente el con- sumo de vasijas de cerámica fina en contexto de quemas y consumo de abundantes recursos malacológicos hayan sido parte de nuevas formas de culto local ante la carencia de un templo en la zona de Huanchaco. La variada diversidad de vasijas de cerámica, tanto finas como domésticas con relación al periodo precedente (periodo Inicial Temprano), sugiere un mayor ac- ceso a estos objetos por parte los pescadores locales. Esta variedad apunta a que el valle de Moche ingresó durante las subfases José Olaya 1-3 (o San Lorenzo, Laredo y Curaca para Caballo Muerto) en un proceso muy dinámico de conexiones inte- rregionales que se manifestaba en la producción y uso de vasijas de cerámica en el ambiente cotidiano y en ocasiones especiales con formas, estilos y decoraciones no antes vistos en el valle. Lo interesante es que muchas de estas vasijas muestran haber sido manufacturadas con arcillas locales (aunque se necesitan estudios más específicos), lo que sugiere que no eran los objetos lo que se transportaba, sino las ideas. Algo similar ha sido reportado para la costa central del Perú comparando la petrografía de las vasijas de cerámica de Garagay y Ancón (Druc et al., 2001). Estas ideas pueden haber sido tomadas por alfareros cuando viajaban a los sitios donde 56 se producían o por encargo o copia en base a modelos traídos de sitios distantes. Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... Esto último podría confirmarse con el hallazgo de piezas excepcionales, las que pudieron servir de base para elaborar otras. En el caso de Huanchaco, como en el valle de Moche en general, la introducción de las botellas asa-estribo marcan una diferencia con el periodo previo. Al mismo tiempo, el mayor uso de representacio- nes escultóricas e iconografías antropomorfas sugiere un cambio en la concepción, uso y rol de las vasijas de cerámica en esta parte de la costa norte del Perú. Estos cambios se ven acompañados a nivel de valle (durante la subfase Jose Olaya 1 y 2) con la construcción de Huaca de los Reyes, edificio que prolifera en iconografía visual, diferente a la de los edificios del periodo Inicial Temprano (Nesbitt, 2012). Así, la experiencia de participar en nuevos eventos religiosos o festivales donde se exhibía una nueva iconografía y posiblemente discurso ideológico generó una nueva perspectiva en los pescadores locales de Huanchaco, quienes seguramente fueron una de las muchas comunidades participando en estos eventos. Los nuevos festivales enfatizaban la figura de personajes antropomorfos, quienes seguramen- te eran sacerdotes con creciente poder en la manipulación de las actividades reli- giosas del complejo. Posiblemente, muchas de las vasijas finas halladas en Huan- chaco hayan sido el resultado de intercambio de regalos hechos a los participantes en esos eventos religiosos. Aunque no tenemos datos cuantitativos aun, parecería que el porcentaje de vasijas finas en las ocupaciones del periodo Inicial Tardío de Huanchaco siguen en el rango de 2-3% como en el periodo precedente, indi- cando que no hay mayor cambio en su adquisición o uso más recurrente, aunque para la fase Jose Olaya 2 y 3 este porcentaje se incrementa al 5-6%. Sin embargo, lo que si se observa en Huanchaco es un cambio en las prácticas funerarias. Para el Periodo Inicial Temprano, no se habían visto tumbas diferenciadas en el sitio de Gramalote, pero en el Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco, durante la subfase José Olaya 1, tenemos una tumba de cámara con objetos que podrían considerarse de estatus elevado (IG-514). Sin embargo, la bioarqueología del individuo enterrado corresponde a lo esperado de cualquier pescador contem- poráneo, indicando que incluso si es que este individuo obtuvo un estatus social elevado dentro de su comunidad, su vida cotidiana continuó siendo como la de los demás: ingresando diariamente en su balsa de totora para realizar sus faenas de pesca. En contraste, es posible que haya servido como una suerte de intermedia- rio entre Caballo Muerto, Huaca Sacachique o Huaca de los Chinos, y Huanchaco, lo que le valió un entierro diferenciado del resto, aunque como hemos indicado, es aún muy prematuro establecer más comparaciones. Lo importante aquí es que este cambio, si nos guiamos del fechado obtenido de su tumba, se dio durante el 1000-800 a.C., lo que sugiere que en la costa norte y particularmente en el valle de Moche, se estuvieron dando casos de liderazgo que Nesbitt ha planteado como “competing peer polities” con un limitado acceso a poder político y religioso quie- nes, básicamente, administraban grandes festines para reclutar fuerza de trabajo 57 y remodelar/erigir sus templos. Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Para las subfases José Olaya 2 y 3, no tenemos contextos funerarios aun, pero se advierte un incremento al acceso de cerámica fina la cual debe estar bordean- do el 5-6% con relación a la subfase anterior. Esto muestra que cualesquiera que haya sido el mecanismo de interacción y obtención de este tipo de vasijas finas en Huanchaco, este se intensifico notoriamente. Burger ha sugerido que una forma de extender el culto Chavín fue mediante la participación de peregrinos directa- mente y en persona de la “experiencia Chavín” y luego retornar a sus puntos de origen no solo con la mística de la experiencia vivida, sino con nuevas ideas y una serie de artefactos que reforzaban la práctica religiosa que favorecía el culto de Chavín de Huántar. Esta experiencia debe haberse dado en varias escalas y es po- sible que alfareros y otros artesanos hayan viajado no solo a Chavín, sino también a otros puntos para aprender técnicas nuevas de manufactura y como copiar la iconografía religiosa. Es muy difícil, pero no imposible pensar que al menos algu- nos miembros de la comunidad de Huanchaco hayan participado alguna vez de los festivales y eventos religiosos de Chavín de Huántar, pero lo más probable es que estas experiencias hayan llegado a través de intermediarios que controlaban el culto en los templos de Caballo Muerto y otros edificios contemporáneos como Huaca Sacachique, Huaca de los Chinos y Huaca La Constancia (Conklin, 1990; Nes- bitt, 2012; Pleasants, 2009). Otro punto por discutir a futuro es el relacionado a la presencia de cerámica de estilos de la costa norte del periodo Inicial Tardío y Horizonte Temprano en las costas de Paracas, la cual es muy similar a la hallada en Huanchaco (ver por ejemplo Dulanto, 2013, p. 124, figura 22 y comparar con las figuras 13-14 y 13-15 de este manuscrito). Dulanto ha sugerido la capacidad de navegación de los pobladores de Puerto Nuevo, lo cual se pudo dar down the line (Dulanto, 2013, p. 128; Dulanto et al. 2019). Nosotros concordamos con su propues- ta y además adicionamos que al menos un fragmento doméstico hallado en la su- bfase José Olaya 2 (ver figura 12-24), decorado con hileras de círculos estampados, se parece mucho a los reportados por Dulanto para el sitio sureño (Dulanto, 2013, p. 118, fig. 15). En otra ocasión hemos indicado que los pescadores de Huanchaco realizaban cabotaje a lo largo de la costa peruana, tan al sur como Callao en Lima, pero no sería de sorprender que hayan navegado más al sur. De hecho, sabemos que las famosas balsas de Guayaquil, como la que vio Bartolomé Ruiz en 1524, aún seguían en uso en el siglo XIX haciendo cabotaje hasta Huanchaco y en algunas ocasiones hasta Santa y Lima (Torero, 1984). Estas balsas fueron fotografiadas por Brüning quien comentó que se usaban para embarcar y desembarcar buques en el puerto de Pimentel a fines del siglo XIX (Schaedel, 1989, p. 47). De hecho, existen referencias específicas de haber sido vistas en Huanchaco en el siglo XIX (Hut- chinson, 1873, p. 217). Bajo esta perspectiva estaríamos ante un fenómeno más amplio, y posiblemente el “cabotaje” fue realizado por balseros que venían desde 58 las costas de Guayaquil, ¿acaso pudo haber sido esa uno de los varios mecanismos Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Leonardo Arrelucea ... / La ocupación del periodo Inicial Tardío ... por los cuales llegó la idea de hacer botellas tipo asa estribo en las costas del valle de Moche? Finalmente, aún estamos lejos de comprender el periodo Inicial Tardío y el Horizonte Temprano en Huanchaco, pero los datos aquí mostrados, apuntan a un dinamismo social muy diferente al observado en el periodo Inicial Temprano y la parte temprana del Horizonte Temprano, sugiriendo nuevas formas de economía política, religiosidad, perspectiva ideológica y prácticas rituales. El estudio a fu- turo de estas variables, en combinación con el impacto de fenómenos climáticos y cambios en sus estrategias de subsistencia, nos permitirán tener un panorama más amplio. Hasta entonces, esperamos que estos datos sirvan para enriquecer la arqueología de estos fascinantes periodos prehispánicos de los Andes centrales. AGRADECIMIENTOS Los autores de este manuscrito quisieran agradecer en primer lugar a los di- ferentes directores de la Institución Educativa I. E. #80033 José Olaya Balandra de Huanchaco: Dally Gutiérrez, Jaime Marcos y Enma Elena Silva. Todos ellos, entre 2017 y 2020, nos han permitido muy amablemente intervenir en el sector noroeste del colegio para poder realizar nuestras excavaciones arqueológicas. Asimismo, agradecemos a todo el equipo del Programa Arqueológico Huanchaco, quienes desde 2016 vienen trabajando en varias actividades de investigación, las que están permitiendo obtener mejor información sobre el pasado prehispánico de Huanchaco. También un agradecimiento a los dos revisores anónimos que re- visaron este manuscrito, pues gracias a sus observaciones y sugerencias, hemos podido mejorar significativamente esta investigación. Las excavaciones en el si- tio arqueológico Sector José Olaya – Sitio Iglesia Colonial de Huanchaco han sido financiadas por una beca de Repatriación de Investigadores Peruanos (INNOVA- TE-PERU, Contrato 354-15), MOCHE INC con el apoyo del Dr. Brian Billman y el Field School de Arqueología de la Universidad de North Carolina at Chapel Hill. También las excavaciones en este sitio han sido financiadas por la una beca de la National Geographic Society, Grant # 305R-18 y la Brennan Foundation. Otra fuen- te de financiamiento a la que los autores están agradecidos es a FONDECYT-CON- CYTEC # 007-2018-FONDECYT-BM-IADT-MU. Finalmente, los fechados y estudios petrográficos fueron auspiciados por fuentes de financiamiento de fondos Start- Up del CLAS y OR de la Universidad de Florida, otorgados al primer autor de este manuscrito. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Aguirre, I.; Isla, A.; Medina, B.; Ponce, Y.; Rojas, L., y Villalobos, A. (2017). Áreas de actividad en el Sector José Olaya de la iglesia colonial de Huanchaco durante el periodo 59 Arqueología y Sociedad 36, 2022: 9-66 Salinar. Informe Final de practicas preprofesionales. Universidad Nacional de Tru- jillo. Alva, I. (2013). Ventarron y Collud. Origen y auge de la civilizacion en la costa norte del Perú. Proyecto Especial Naylamp Lambayeque, Lambayeque. Anderson, D.; Maasch, K. y Sandweiss, D. (Eds.) (2007). Climate Change and Cultu- ral Dynamics. A Global Perspective on Mid-Holocene Transitions. Elsevier. Arrelucea, L. (2022). 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